6. Pro-boca-ción

   

6.1. d)

Entrad, entrad si queréis…

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Conoceréis montones de historias.

Por ejemplo: la de Lázaro ASÍ, el filósofo que mató a su hermano sin querer, acabando así con el futuro de muchos sueños ajenos. La del Torcido, ex-boxeador y especulador que se negaba a comprar cruces recién robadas del cementerio. O la de Cecilio GEA, el guaperas que iba para biólogo y terminó sus prometedores días bajo las ruedas de un tractor en plena noche.

Pero también otras historias menos tristes: como la de Jesús  Medicucho, que gracias a un curso puente y muchas ganas de medrar llegó a ser Secretario General de Universidades. La de Cecilio Punkie, quien con el sol lleno se transformaba en dependiente de mercería y finalmente salió del armario. O la de Anselmo Fin de siglo, cuyo sueño de ser rico a los treinta años desapareció como un sonajero entre talones falsos, órdenes de búsqueda y captura…

Conoceréis también montones de situaciones inimaginables: fiestas lúgubres en plena noche, entre velas y desconocid@s pululando por una inmensa casa sin tejado. También viajes iniciáticos hacia el infierno o ninguna otra parte, en paisajes caóticos y propedéuticos. Incluso rituales creativos entre luces invertidas, como la revisión de todos los surrealismos o las corbatas cotidianas.

Al revés que en la estepa: la invitación es sólo para cuerdos, la entrada no cuesta nada, pues no es requisito tener razón para comprender este soplo de eternidad multicolor. Únicamente se necesita una ventana en la sien, un bálsamo de tigre que permita a quien lee sacar de su cerebro esta metáfora de carcoma y polillas que se llama sentido común.

Yo aporto la urdimbre. Vosotros ponéis la trama.

Entrad, entrad: será como un baile de antiguos alumnos, pero sin arrugas ni alopecias… sin humanas miserias.

Entrad… o no entréis.


 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
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