Elsa

 

Cuero

Jizzakh

´87

´90

316

             

 

Con su hombro moreno, desnudo e incitante, Elsa Cuero encarnaba, materializaba aquella noche entre la neblina del Esquizofrenia, un párrafo de mi novela Los grifos no tosen. Mientras pasaba junto a mí camino del baño del Esquizofrenia mismo, le pedí permiso. Me lo concedió. Así pude verlo hecho poema-objeto: un hombro moreno y seductor (el suyo) con un escupitajo (el mío)… un amor imposible (el nuestro).

¡Qué decadencia, qué desviación la mía! Un escupitajo sobre la piel a las tantas de la mañana. La foto que algún día tendré que hacer. Una denuncia estética, si quieres llamarlo así… pero no algo existiendo en el mundo material, blasfemando sobre la diosa belleza. Podría argumentar falsamente que fue provocado por el olor a cuero de Elsa Cuero… pero mentiría, porque todo estaba reflexionado previamente a su cercanía. Desde la distancia estética.

Después, otros días, en algunas ocasiones coincidimos en la noche. Nunca en la estética. Sin embargo… su atractivo me desarmaba hasta el punto de poner a Escher a sus pies, regalarle gatos y tentar barrios prohibidos sólo por participar de su compañía, su italiana filología

Elsa Cuero enlaza directamente con el “maldito triángulo” imposible y atractivo (ese oscuro objeto del deseo). No confundir con el Triángulo maldito[1].

En su día Elsa Cuero formó parte de la secta del maniquete: el grupo de desquiciad@s que circulábamos por las noches maracandesas con un solo mitón… sin habernos puesto de acuerdo previamente, sin conocernos siquiera. Una coincidencia que estaba más allá de lo puramente físico. Como si tod@s perteneciéramos a un grupo de extraterrestres infiltrad@s en la Humanidad, recorriendo la noche maracandesa… con el fin de recopilar datos científicamente inciertos, que se perdieron en el espacio[2]. Entre la infinita música rock que Elsa Cuero atesoraba en su habitación.

Señas de identidad: su olor a cuero, su origen satélite de Jizzakh y su nocturno encanto rockero… Otros datos relevantes: su tendencia al underground y al terciopelo, ¿qué habrá sido de su simpática barriguita cervecera?



[1] Aunque en este caso casi se superponen. Era de un pueblecito cercano a Jizzakh.

[2] O no, quizás era un trabajo de campo para elaborar este informe que se llama Malas memorias.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
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