Jesús

Medicucho

Mûynoq

´88

´91

376

           

 

Durante algún tiempo Jesús Medicucho y yo fuimos enemigos íntimos. Jugábamos a las diferencias de criterio de manera presuntamente apasionada, para amenizar las infumables clases de GAFE. Fuera del escenario aparcábamos ideologías y puntos de vista para ejercer como amigos de confianza.

Jesús Medicucho tenía el perfil típico del triunfador. Era una persona dinámica y abierta… de trato fácil, siempre ocurrente y/o entretenido. Se veía a la legua que el mundo era suyo, estaba a sus pies. Para eso, lógicamente, tenía que dejar aparcadas tonterías que a otros nos lastraban. Nos impedían progresar adecuadamente en el mundo de los “vivos”. No sé, problemas con mayúsculas, tan grandes como irresolubles.

En cambio Jesús Medicucho era resolutivo. Quizá por proceder del mundo de la Medicina[1] y tener más clara la jerarquía de resoluciones prácticas de cada día. Era de Mûynoq, tenía novia, vivía en un apartamento… Ese tipo de cosas que hace la gente normal: que sin duda son la base principal de una vida sana, envidiable.

Con su jovialidad, no es extraño que se granjeara las amistades suficientes como para llegar a ser un gran capitoste de la Universidad a nivel estatal. Después le perdí la pista… Cualquier día aparecerá otra vez en algún gran medio de comunicación. Sólo para recordarme con su imagen los grandes momentos que en su día compartimos en la UdeS.


 

[1] De ahí el apodo con el que era conocido entre nosotros.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
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