Julián

 

Fin de siglo

  Samarcanda

´85

´94

387

             

 

Julián Fin de siglo tenía pose de rockero. Por su propia voluntad, convicción o conveniencia… o por las tres. Ese reducto, el del rockero, ha sido durante muchos años un recoveco. En él, con la excusa musical, mucha gente ha podido encontrar su lugar en el mundo. Quizá de otra manera habrían estado eternamente desorientados, desubicados y descolocados.

Julián Fin de siglo era una buena persona, presto a la risa, simple y plano. Alguien con quien uno sabe siempre a qué atenerse. Sin mayores luces ni aspiraciones. Probablemente si no hubiera sido rockero, habría sido “Don’t worry, be happy”. Sin duda contribuía en gran medida a su alegría el hecho de ser novio de Esmeralda Fin de siglo, la hermana de Tina Fin de siglo.

Esmeralda Fin de siglo y Julián Fin de siglo eran arrumacos… para él eso ya era bastante. Alguna bronca doméstica de vez en cuando, como corresponde… pero todo en su sitio. Julián Fin de siglo era comparsa y ayuda, aunque no podía pedírsele un esfuerzo intelectual más grande que el de entender algún chiste. Circulaba por el rock como por el bar, como por la vida. Como si las cosas fueran más interesantes o profundas de lo que en realidad eran. El perfil de la agresividad mínima necesaria para que todo vaya bien. Los coros imprescindibles en un bareto de copas para que todo siga según lo previsto.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
Todavía no tienes una cuenta? Regístrate ahora!

Entra a tu cuenta