Leire

 Bellas Artes

Ghuzor

 ´96

´99

461

 
             

 

En cuanto se la veía quedaba claro que Leire Bellas Artes era una chica de diseño. Más que nada por su puesta en escena, siempre cuidada, que no dejaba nada al azar. Bueno, ya se sabe que entre los habitantes de Bellas Artes pueden distinguirse dos grandes grupos: los genios[1] y las personas “normales”[2]. De los primeros es mejor ni hablar, porque aportan escasos valores al mundo. Entre los segundos estaba Leire Bellas Artes. Charlatana, accesible, simpática… Toda su habilidad en las Bellas Artes (llegó a licenciarse) se compensaba con una escasez de formación humanística muy propia del siglo XX.

Así, podemos decir que Leire Bellas Artes tenía grandes posibilidades para plasmar artísticamente las ideas, pero carecía de ellas. Al menos, de unas ideas forjadas a partir de un criterio basado en el conocimiento. Leire Bellas Artes no era soberbia en absoluto: conocía sus limitaciones y con frecuencia charlar con ella significaba bajar al mundo real.

Leire Bellas Artes no sentía la necesidad de ampliar su horizonte ideológico. La función castrante del sistema educativo en el caso de Leire Bellas Artes había funcionado a la perfección. Sin duda era digna de mejor suerte… pero la lobotomía a la que había sido sometida por el sistema hacía que sólo suspirase por un puesto de trabajo en el que poder expresar, más allá de Ghuzor, todo lo que sabía hacer en el ordenador.




[1] Mejor dicho: los que-van-de genios.

[2] Cuyo perfil esencialmente diferente al resto de la Humanidad les ha hecho recaer en este apartheid.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
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