Leonor COGE era una chica modosita y bien formada (educada, quiero decir), de cuerpo pequeño y fácilmente escandalizable (ella, quiero decir). Aplicada, competente e intelectualmente bien dotada. Sobre su dotación física, nada que destacar salvo la sonrisa y la mirada.

Nadie sabía cómo era realmente. Esto es algo que nos ha quedado hurtado… Cuando era niña, viajando hacia el colegio en autobús, sufrió uno de los accidentes más horribles de la Historia. Un tren se llevó por delante su autocar y murieron 30 niños. Entre ellos una hermana de Leonor COGE.

Ella sobrevivió físicamente, pero jamás podrá quitarse de la memoria semejante lacra. Como una mancha que impregnaba invisiblemente hasta el último de sus actos y pensamientos. Quizá por eso era íntima de Celia VACÍO, que también había perdido una hermana siendo niña.

Leonor COGE era reservada, aunque cuando intervenía en clase de cualquier manera posible: salía a relucir enseguida lo interesante de su personalidad. Pero estaba totalmente alejada del mundillo que se cocía en la Facultad de Filosofía, parecía no querer crecer[1] y la respetábamos. Era su opción y por tanto nada que objetar.

Creo que en el fondo Leonor COGE iba por el mundo intentando no contaminarse de materia. Como si por pertenecer al mundo espiritual estuviera más cerca de la dimensión angélica.