Marielo

SOPA

 

Qûqon

´92

´98

513

             

 

Conocí a Marielo SOPA porque Joaquín MACHO se fue de mi piso de Kagan y me la recomendó como compañera para sustituirle. El lesbianismo era la carta de presentación de Marielo SOPA, supongo que con el fin de librarse de todos los hombres de golpe. Yo habría hecho lo mismo en su caso, pero no lo tengo tan fácil. De hecho llevo toda la vida soportándolos.

Para mí la llegada de Marielo SOPA resultaba ideal. En primer lugar por no tener que soportar a un hombre. Pero además por no tener que preocuparme por los conflictos inherentes al hecho de vivir continuamente con un posible objetivo sexual, algo siempre inquietante. En otras palabras, Marielo SOPA no tenía los inconvenientes de un hombre… ni los de una mujer.

Durante el tiempo que convivimos, surgió entre nosotros una amistad sincera y desinteresada. Casero-inquilina por lo que se refiere a los roles, pero tolerancia y comprensión para el resto. En ocasiones, incluso complicidad.

Como bióloga Marielo SOPA estaba interesada y trabajaba rodeada de cosas que tienen que ver con la vida. Para mí esto resultaba una llamada a la realidad misma… una forma agradable de sentir un lastre que me sirviera para poner los pies en la tierra. El hecho de vivir en Kagan ya era bastante duro, así que poníamos de nuestra parte para hacer la vida más llevadera. Sobre todo con buen humor, justicia equitativa en el reparto de tareas domésticas… ese tipo de cosas cotidianas.

Después estaba el tiempo libre, que muchas veces compartimos con nuestras respectivas novias. Al principio Marielo SOPA con Margarita ASPA… más tarde con Bego Ref. Marielo SOPA. Yo con Dolores BABÁ.

Hicimos múltiples cosas interesantes los cuatro, la más llamativa ir a buscar oro. Pero también múltiples excursiones, experimentos sociales, cursillos de artesanía, en fin… cosas que tuvieran que ver con la vida. En el fondo, creo que Marielo SOPA siempre albergó la esperanza de haber conseguido algún acercamiento a Dolores BABÁ… de la misma forma que yo jugaba con los equívocos flirteando-pero-no con la propia Marielo SOPA.

Cuando Dolores BABÁ y yo habíamos dejado ya de salir, allá por el ’98… Hubo una reunión-borrachera en La Parra de Jacinta HUMOS[1]. En uno de los típicos juegos de convivencia, me tocó besar a Marielo SOPA… lo hice igual que lo habría hecho con cualquier chica que me gustara. Esto dejó abierta ya para siempre entre nosotros una posibilidad que nunca llegó a darse. Ni siquiera durante una pernocta de Marielo SOPA en Conde Drácula, a pesar de que aquel día, por razones de espacio, compartimos cama.

Resultaba divertido y daba mucho juego el hecho de que en aquella habitación cerrada que era nuestra relación de amistad, hubiera una puerta camuflada en la oscuridad. Supongo que a Marielo SOPA, como aliciente psicológico, también la invitaba a mundos mentales entretenidos.

Más allá de otro tipo de análisis, resulta imprescindible hacer notar que Marielo SOPA no era una persona superficial ni ignorante. A pesar de esto, pasaba de puntillas. Huía deliberadamente de enfrentar las verdades profundas de la realidad y la existencia humanas. En más de una conversación me dijo que, a pesar de conocer el sentido último de la existencia como algo trágico y trascendente, optaba por llevar una vida sin preocupaciones de ese tipo. Reducir su existencia a las necesidades básicas y no tener pretensiones metafísicas[2]. A lo más que llegaba era a tratar temas políticos, pero nunca existenciales.

Casi como el amigo Seco Moco, que también apareció en escena alguna vez por allí… compartiendo inquietudes y veladas de peligroso equívoco.

Seco Moco estaba convencido de “poder curar” a Marielo SOPA: que abrazara la heterosexualidad gracias a su maestría en el tema. Supongo que a Marielo SOPA le hacía gracia semejante prepotencia, por masculina y pretenciosa… así que le permitía desplegar sus encantos, pero nada más. En el fondo, no dejaba de ser divertido ver a un hombre en su salsa, con los rituales que suelen acompañar en semejantes ocasiones.




[1] Ésta pertenecía al círculo de Bego Ref. Marielo SOPA.

[2] Un curioso paralelismo con otro elemento que conocí unos meses después, Jacobo RARO.

 

 

Sonido

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