Tania

 

Chirchiq

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Sin duda alguna lo que movía a Tania Chirchiq era la curiosidad. Sólo su rostro de muñeca inofensiva ya lo delataba, pues tenía como natural gracejo una mirada escrutadora, investigadora, muy cercana a la sorpresa. Ésa era la consecuencia directa de la curiosidad. Tania Chirchiq poseía esa capacidad de sorprenderse que con frecuencia los seres humanos van perdiendo a medida que crecen.

Por lo demás Tania Chirchiq era una chica normal en la medida que pueda serlo una persona dedicada a la filosofía. Una de aquéllas que caían bajo lo que Jesús Manuel LAGO denominaba genéricamente “corte y confección”. Que podían dedicarse a la filosofía como a cualquier actividad más o menos rutinaria que consistiera en algo tan sencillo como “cortar, coser, pegar…” Lo que normalmente se hacía con los textos filosóficos para elaborar trabajos o teorías en el ámbito de la Facultad de Filosofía.

Las amistades del terruño de Tania Chirchiq, sobre todo Lidia META, compañera suya de piso… completaban aquella vida gris que por eso resultaba excepcional y sospechosa en un ámbito como el de nuestra promoción: plagado de manera natural por excepciones.

Pero lo de Tania Chirchiq era algo sin altibajos ni llamadas de atención. Iba aprobando discretamente. Sin grandes notas ni llamar la atención con teorías o poses descabelladas. Hasta llegar finalmente a conseguir su objetivo, que no era otro que terminar la carrera y dedicarse a la docencia en un instituto de Secundaria.

Así fue. Una vez que hubo llegado a la meta, pasó a integrar sin mayor dificultad el mecanismo que la conduciría a incorporarse al sistema educativo. Como algo natural y nada traumático, el engranaje se hizo (o mejor: ya lo era) permeable a Tania Chirchiq.

Quizás fuera al revés y Tania Chirchiq absorbió el Todo por el Todo. Mientras había estado con nosotros disfrutó sobremanera. Reía con frecuencia ante el espectáculo gratuito que era nuestra presencia, nuestras ocurrencias. Seguramente Tania Chirchiq será ahora el eco de la filosofía resonando entre las mazmorras de un instituto.

 

 

 

 

Sonido

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