Tina

RAPHAEL

 

Ghuzor

´86

´93

661

             

 

Era el verano del ’87, los dos grupos coincidimos sin haberlo programado previamente en la visita al chalet de Manuel Alejandro RAPHAEL, en Jondor[1].

Por un lado, ellas: Tina RAPHAEL y sus amigas. Por otro lado: su hermano Manuel Alejandro RAPHAEL y nosotros dos, Alejandro Marcelino BOFE y yo. La situación no podía ser más propicia. Verano, la costa y dos grupos de amigos que no se conocían entre sí (salvo los dos hermanos, claro).

Todo apuntaba a que compartiríamos grandes momentos y sin embargo no fue así. Saltaban chispas. Ni ellas nos soportaban a nosotros, ni viceversa. Durante los últimos días la situación era francamente tensa. Pero terminó el calvario con las espadas en alto, sin mayores consecuencias.

De ahí nació mi relación con Tina RAPHAEL: ella era una chica aproximadamente de mi misma edad, estudiante de Medicina por más señas. Sentía atracción por el gremio de los filósofos[2]. Pero aquel nefasto encuentro, antítesis de convivencia, no propició mayores acercamientos. Sólo un par de charlas informales, algún poema y contemplar amaneceres en la costa.

Para Tina RAPHAEL aquello supo a poco. Posteriormente hizo alguna excursión a Samarcanda para visitar a Manuel Alejandro RAPHAEL. Entonces volvimos a coincidir sobre la piel del planeta y algunas noches salimos a tomar copas. Pero era la época en la que yo experimentaba con el tequila express, así que las salidas nocturnas acabaron en escaramuzas de violencia física. Una faceta que el tequila tenía la capacidad de despertarme, motivo por el que lo abandoné al poco tiempo.

Lo cierto es que Tina RAPHAEL era una chica interesante y risueña, atractiva: Tina RAPHAEL y sus chirucas. Sin embargo, en mi torpeza no supe cómo acercarme a ella. Tampoco sabía muy bien si quería hacerlo… me fastidiaba sentirme atraído por ella, provocaba en mí un resorte de rebeldía. Tina RAPHAEL soportó aquellos episodios violentos con estoicismo, lo que a mí me puso más rabioso todavía porque en realidad yo ni sabía lo que quería.

Tina RAPHAEL me ofrecía miguitas en su mano abierta y yo, en lugar de comportarme como un gorrión, lo hacía como un buitre. Así, sin saber muy bien si era eso lo que yo deseaba… conseguí que se alejara de mí para siempre. Lo hizo sin acritud, porque Tina RAPHAEL tenía buen corazón. En eso se parecía a su hermano Manuel Alejandro RAPHAEL.

Algún tiempo después volvimos a coincidir… quizás en Urganch, en casa de su hermana Carrie RAPHAEL. Allí Tina RAPHAEL me contó que tenía un novio tan flamante como comprensivo. Un filósofo, según dijo. Alguien maduro y consciente, que supo darle aquello que yo le negué… quizás porque nunca he llegado a tenerlo.



[1] Véase 670

[2] Que era mi caso y el de Alejandro Marcelino BOFE.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
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