A Dominga Ref. Jesús Rocker la conocí realmente más tarde del ‘99, en una de las excursiones realizadas por mí hasta Samarcanda como quien atraviesa un túnel del tiempo. Pero sin duda pertenecía a aquel universo, de ahí que aparezca en estas malas memorias… de hecho la conocía de oídas desde mucho antes, como la novia de Jesús Rocker. Eso sí, desconozco la cronología real, durmiendo entre la sospechosa neblina de las telarañas de mi cerebro: ésas que a buen seguro poseen un nombre científico que se me escapa, pero habitando alegremente entre las fisuras de Silvio y Rolando.

En todo caso, Dominga Ref. Jesús Rocker era una de esas chicas que aterrizó un buen día en Samarcanda y pasó de ser turista, estudiante o visitante, a convertirse en habitante. Probablemente su país de origen fuera Polonia, pero esto resulta muy secundario. Por lo que yo sé, Dominga Ref. Jesús Rocker enseguida se acomodó a las costumbres maracandesas en particular y uzbekas en general: como si hubiera estado esperando encontrarlas en alguna parte durante toda su vida anterior. Abrazándolas alegremente en cuanto las reconoció materializadas, personificadas.

Durante los años que duró su relación con Jesús Rocker imagino que se vería inmersa en toda aquella realidad en la que él se desenvolvía, incluyendo esto último llegar a conocer a Valentín Hermano… sin sospechar siquiera cómo se estaban alineando los astros para reconducir su vida de marera drástica, como finalmente ocurriría.

Un mal día Jesús Rocker sufrió un ataque al corazón que se le llevó para siempre, suceso que tuvo lugar en presencia de Dominga Ref. Jesús Rocker: por mucho que ella hiciera para salir de aquel atolladero, la cosa acabó con el peor de los finales posibles para Jesús Rocker, así que la pobre Dominga Ref. Jesús Rocker, en un país extranjero y sin conocer más que a los conocidos de Jesús Rocker, quedó en una situación indiscutiblemente problemática y vulnerable.

Por fortuna la Antropología posee recursos casi para cualquier cosa, en este caso una variante del levirato aplicado a Valentín Hermano como íntimo amigo de Jesús Rocker, casi hermanados… Un poco por mutuo consuelo y otro poco por conveniencia recíproca, ambos se emparejaron entre sí. La última vez que les vi encajaban como puedan hacerlo dos piezas de un rompecabezas en blanco y negro… sin entusiasmo, conformes con la situación porque podía haber sido todo mucho peor.

Dominga Ref. Jesús Rocker me miraba con unos ojos que no eran los suyos, sino los de Valentín Hermano implantados y a través de los que evaluaba si realmente yo respondía a lo que ella esperaba de mí. En definitiva, Dominga Ref. Jesús Rocker no tenía criterio propio: no podía tenerlo e imagino que, al igual que sobre mí, le ocurriría otro tanto con todo cuanto la rodeaba. No lo digo como reproche, pero me pareció una chica merecedora de mejor suerte, digna de un futuro diferente al conformismo de aguantar a Valentín Hermano y tragarse todo el cargamento con el que su situación le hacía transigir de contrabando. Esto me hizo sospechar que todo cuanto había dejado en su país debió de ser bastante peor, con diferencia… o que era poco exigente: quizás por perezosa o displicente.