Jesús Isaac

 

Ref. Maribel LIMA

Shakhrisabz

´89

´97

392

             

  

¿Desde dónde llegó Jesús Isaac Ref. Maribel LIMA, sino como designio de la Providencia? No para mí, sino para Maribel LIMA… ignoro cuál era el pasado de Jesús Isaac Ref. Maribel LIMA: pero por las pocas pistas que indicaba, muy relacionado con el circuito de descontrol juvenil que tuvo su auge durante los ’90. Algo que sería equivalente a la ruta del bacalao, pero salvando las distancias entre países.

Supongo que huyendo de aquella vorágine devoradora de vida, su cerebro había desembocado en una situación vital propicia para activar el protocolo de “borrón y cuenta nueva”. Sobre su cuerpo permanecían indelebles los signos inequívocos de un proceso ya iniciado. Eran llamadas de atención sobre su futuro más inmediato, sobre su inevitable sino en caso de continuar por aquella senda tan incierta como de futuro cierto. Sin ir más lejos, la mutilación de parte de uno de sus pies era producto de aquellas noches locas e impredecibles. Debido a un accidente de tráfico, había acabado con su cuerpo sobre una mesa de operaciones.

Por eso cuando conoció a Maribel LIMA supo reconocer la encrucijada de su vida. El punto, la oportunidad a partir de la cual se iniciaba un camino totalmente distinto. Así que abandonó cuanto hasta ese momento había sido su vida para iniciar una etapa infinitamente más madura y consciente. El hecho de que formaran pareja les convertía automáticamente en un trío… porque Maribel LIMA también tenía ya su propio pasado cuando conoció a Jesús Isaac Ref. Maribel LIMA. Dicho pasado incluía su hijo… que además era el objetivo principal de su vida.

Por extensión se convirtió también en objetivo principal de la vida de Jesús Isaac Ref. Maribel LIMA. Aquello les transmutó a todos en un triángulo blindado de lucha ante la vida… Una especie de proyecto común de sacrificios constantes, difícilmente imaginables para quienes jamás han participado de semejante pelea cotidiana.

Pero Jesús Isaac Ref. Maribel LIMA no se arredró por eso. Aparte de no tener formación académica, contaba con un activo que le permitía llamar a cualquier puerta para intentar sobrevivir en una sociedad que en absoluto estaba hecha a su medida. Era su espíritu de sacrificio, su capacidad de trabajo y su fuerza interior. Por eso ejerció infinitos trabajos manuales no cualificados[1]. Completado esto con el puesto que Maribel LIMA había conseguido unos años atrás, como funcionaria en el ayuntamiento de Samarcanda[2]… Su posición no era excesivamente boyante, pero les permitía ir sobreviviendo de forma relativamente cómoda.

Jornadas laborales más o menos soportables, un piso agradable en el que los tres iban creciendo cada uno a su manera… Y después, los ratos libres. Que yo sepa, siempre empleados entre carcajadas. A veces espontáneas, otras veces acompañadas o provocadas por cigarros de la risa, videojuegos, amigos y copas… Así acababan de perfilar aquel horizonte en el que Jesús Isaac Ref. Maribel LIMA iba poco a poco abandonando la cronología de una juventud otrora errante y errada, que le había marcado a fuego. Esos aprendizajes de la vida que suelen llenar la boca de los viejos agoreros.

Jesús Isaac Ref. Maribel LIMA había sobrevivido, que no es poco. De vez en cuando iba al Mediterráneo de visita, aunque sólo fuera para reconciliarse con su pasado. Pero con razón no cambiaría su nueva vida por aquel espejismo que fue su juventud… En eso nos parecemos. Siempre se mostraba admirado de mi evolución vital. Solía decir que yo me río de la vida… Con un deje de envidia sana y complicidad que estaba más allá de las minucias materiales. En cierto sentido tiene razón. Si mi risa puede definirse por no tomar en consideración cuanto la vida pretende de trágica para mi existencia…

Sin duda la risa diáfana, la mirada vivaracha y la inteligencia[3] eran la carta blanca que permitía sobrevivir a Jesús Isaac Ref. Maribel LIMA en el terreno resbaladizo sobre el que se deslizaba con maestría.

Quizá por todo eso me aventurase una vez, allá por el ’98, a decorarles el pasillo con un mural que invitaba al mar a vivir en medio de su casa. Al fondo, en el horizonte esmeralda: un faro servía como guía para los espíritus errantes de quienes alguna vez se aventurasen por aquel paisaje marino insertado en plena estepa…




[1] Del estilo albañil, carpintero, pintor y todo el abanico de las relacionadas con el mundo de la construcción, entonces en auge.

[2] A lo que yo la había animado infatigablemente hasta que lo consiguiera, abandonando sus complejos de inferioridad.

[3] Que no se deja atrapar por parámetros ortodoxos.

 

 

Sonido

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