Nunca más volverá a comer chocolate ni a escuchar tangos, Magdalena LEJOS renunció voluntariamente a eso y tantas cosas más el día que se suicidó…

Consideró que la tarea que le esperaba, el futuro que la vida le había guardado era una carga excesiva. Y se fue. Nos dejó a todos aquí… a cada uno con nuestra pequeña tragedia que es la vida cotidiana. Cada uno haciendo frente a nuestra tarea individual: personal e irrepetible. Para algunos es una cruz, aunque a pesar de eso la sobrellevan.

Magdalena LEJOS no quiso jugar. Quizá le pareció todo una gran tontería, quizá pensó que no merecía las penas que le esperaban… Nunca lo supe. Pero lo cierto es que Magdalena LEJOS circulaba entre nosotros con la naturalidad de ser uno más. Con sus pros y sus contras. Intercambiábamos opiniones y apuntes, alguna vez coincidimos en fiestas de pisos de estudiantes… Nada hacía prever cómo irían evolucionando los acontecimientos.

Según parece Magdalena LEJOS estaba relacionada íntimamente con Manuel Alejandro Marxista insomne. De hecho, contaban que esa relación era más que algo puntual… al parecer iban en serio. Esto lo supe después, aunque quizá intuyendo la personalidad destructiva de Manuel Alejandro Marxista insomne podría haberse previsto…

En todo caso Magdalena LEJOS era una persona tan normal como podamos serlo los demás… lo que sin duda nos convierte a todos en suicidas potenciales.

Recuerdo perfectamente la última vez que vi a Magdalena LEJOS… nos encontramos en Hiedra: coincidimos en la caja, pagando. Yo compraba Verdad y método de Hans Georg Gadamer y Magdalena LEJOS Historia del tiempo de Stephen Hawkings. He reflexionado muchas veces sobre aquel encuentro, que en realidad era la intuición de una despedida…

Me parece obvia la simbología casi aplastante de los libros que estábamos comprando. Eran algo así como un consejo inconsciente, involuntario al otro. Quizás el error proviniera de que la compra tendría que haber sido a la inversa. Simplemente por lo que nos esperaba en la vida a cada uno de nosotros. Pero también puede ser que se tratara sólo de un capricho de la casualidad.

Poco tiempo después me enteré de que se había lanzado a la vía cuando pasaba el tren. Allí acabó para Magdalena LEJOS el asunto de la vida: así lo quiso. Después vienen las crónicas, los rumores, las habladurías, las hipótesis. Me han perjurado muchas veces y muchas voces que en el momento de morir estaba embarazada de Manuel Alejandro Marxista insomne y no pudo soportarlo. Entrar en cualquiera de las ruedas de la vida[1] no le parecía adecuado y eligió este otro final.

¿Qué era el niño de Magdalena LEJOS, maldición o aventura? ¿Acaso se le puede reprochar algo a ella? Si quizá su elección fuera la generosidad de quien se inmola para salvar a la Humanidad, pensando que lleva dentro al Anticristo…

La incomprensión que late tras la muerte de un suicida hace culpable a la sociedad entera. Desde los mecanismos de censura social hasta la falta de humanidad, de empatía: porque de alguna manera aquí todos somos culpables; todos aquí somos suicidas.