Patri

VUELA

 

Samarcanda

´85

´89

597

             

 

Patri VUELA era una chica tan normal que hasta lo parecía. Se movía entre los compañeros de la Facultad de Filosofía fácilmente, con naturalidad. Integrándose en todos los grupos tolerantes de manera tan sencilla como superficial. En otras palabras: era de trato afable y sonrisa a flor de piel. Sin embargo, tratar con Patri VUELA dejaba un poso de desencanto, más bien de pérdida de tiempo. Patri VUELA estaba entre nosotros y hacía académicamente lo mismo que la mayoría. A pesar de eso parecía que su persona escondiera algún tesoro, como pasaba en muchos casos con otros compañeros. Por así decirlo, era simple como el asa de un cubo. Alegre, sí, pero sin nada que aportar salvo datos académicos: apuntes, fechas de exámenes, ese tipo de zarandajas. De alguna manera representaba el más cutre espíritu maracandés infiltrado entre nosotros. En su versión académica, claro.

Como si la casposidad maracandesa que yo tanto odiaba se hubiera colado por un resquicio hasta llenar el aula. Como si ese espíritu repelente hubiera encontrado una puerta falsa por la que invadir aquel espacio pretendidamente alejado de la cotidianidad miserable de Samarcanda, que vive puramente de la especulación y la explotación al foráneo.

Recuerdo la anécdota de unas chicas que fueron a alquilar un piso y al mirarlo para decidir si se quedaban, descubrieron que no tenía cuarto de baño. Era una especie de almacén o buhardilla habilitada como vivienda, seguramente sin cédula de habitabilidad siquiera. Ante su objeción y queja, el dueño del “piso” les respondió con toda naturalidad: “Pues las chicas que había antes, se apañaban muy bien con el bar de abajo”. Este episodio da una idea bastante cabal del espíritu del casero maracandés. Insalvable.

Patri VUELA era un poco la encarnación de ese espíritu, pero en su versión académica. Nos llevábamos bien con Patri VUELA, porque entre nosotros no había clasismo de ningún tipo. Extemporáneamente hacíamos excursiones cerveceras por la noche acompañados de su persona. Pero fuera de alguna complicidad femenina, nunca pude llegar a descubrir indicios de esa vida inteligente que se le suponía. Era, por así decirlo, una persona “de relleno”, al estilo de los extras en las películas del oeste. Sirven para hacer bulto y dar la impresión de que pasa algo.

Patri VUELA era la típica chica-gaseosa. De padres caseros (casi seguro) y con la mente revoltosa. También se le iba la fuerza por la boca. De la pandilla de Araceli BRUMA, con lo que esto conlleva.


 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
Todavía no tienes una cuenta? Regístrate ahora!

Entra a tu cuenta