Sin duda alguna su agual era la rana: ojisaltona y con la boca inmensa; pero casi siempre la utilizaba para reír, así que la Humanidad se lo perdonaba piadosamente. Por decirlo de manera suave, Rebeca Ref. Jacobo RARO no era guapa ni inteligente, pero tenía esa habilidad que muchas gentes de su talante desarrollan, consistente en hacer derivar las conversaciones y las cosas hacia otros ámbitos que la perjudiquen menos.

Si llegué a conocer a Rebeca Ref. Jacobo RARO fue de rebote, pues aunque estudiaba en el Instituto Juan Montalvo de Angren, donde yo daba clases, no estaba entre mi alumnado ni era el suyo perfil que yo hubiera podido conocer de otra manera. Digamos, de forma épica, que su destino se entrecruzó con mi horizonte por un motivo concreto: ser alumna de Jacobo RARO; lo que con el tiempo derivó en una relación carnal entre ambos: si bien éticamente cuestionable… desde el punto de vista legal, intachable. Rebeca Ref. Jacobo RARO tenía más de 18 años, por tanto al ser mayor de edad podía hacer con su coño lo que más le apeteciera. Alguna de las noches locas y desenfrenadas en las que Jacobo RARO hacía incursiones por las tabernas de Angren, localizadas casi todas en Los túneles, coincidieron sus pretensiones: las de ambos, quiero decir. Así lo plasma la tradición que se hace llamar “sabiduría popular” en uno de sus conocidos asertos: siempre hay un roto para un descosido. Quién fuera el roto en aquella pareja y quién el descosido, resulta tan relativo como secundario.

Lo cierto es que fijaron una especie de acuerdo entre ellos que consistía principalmente en follar: lo sé porque durante alguna de las estancias de Rebeca Ref. Jacobo RARO en casa de Jacobo RARO, mi presencia sirvió para facilitarles herramienta de trabajo. Condones que Jacobo RARO me pidió como compañero de piso que era; por supuesto se los facilité amablemente y sin ningún problema, objeción ni reproche por mi parte. Aunque mi papel sólo sirvió para postergar un acontecimiento que llegó casi como corolario de la situación: Rebeca Ref. Jacobo RARO se quedó preñada de Jacobo RARO, algo tan previsible que podríamos hablar incluso de la crónica de un embarazo anunciado… puesto que cuando ocurrió Jacobo RARO lo anunció resignado; como si de una maldición o tradición familiar se tratase, porque también le había ocurrido antes a su hermano.

Era todo un clásico: el profesor interino que deja preñada a una lugareña y termina casándose con ella, dando perpetuidad a lo que en principio sólo iba a ser una estancia laboral temporal. En aquel asunto estaba claro que quien había llevado la batuta fue Rebeca Ref. Jacobo RARO, pues consiguió salir de aquel agujero geográfico que era Angren, además de enganchar como pareja a un tipo con futuro más que acomodado. Sólo era cuestión de tiempo que Jacobo RARO llegara a ser profesor titular, funcionario de por vida. Digamos que Rebeca Ref. Jacobo RARO era una chica con escasas luces si nos fiamos de las notas académicas; además, una conversación de 5 minutos tampoco era capaz de dar indicios de que tras aquel semblante hubiera vida inteligente. Pero resultaba indiscutible que era lista a más no poder, pues supo aprovechar una oportunidad que a muchas en su lugar les faltó algo para aprovechar.

Esta es la interpretación más objetual de aquella relación, si se quiere cargada un poco de óptica machista. Luego está la romántica: que era amor del verdadero y las condiciones económico-socio-laborales eran únicamente accesorias. Sólo que para esta perspectiva nos faltan datos objetivos que la apuntalen. Máxime porque quien redacta estas líneas asistió en muchas ocasiones a conversaciones entre ellos antes de que fueran cónyuges. Puedo dar fe objetivamente de que en caso de que existiera una relación de amor entre ambos, había surgido como consecuencia de los tratos carnales (no al revés)… y además, se encontraba muy oculta.