SAMARCANDA

SA - 3.01.

Curros

maracandeses

Empresa  Pedro

1978

084

 

 

No tendría yo más de trece o catorce años cuando llamó a mi puerta el que sería primer trabajo de mi vida: quien llamaba era Pedro LISO, el vecino… Trabajador de la construcción de toda la vida, autónomo, para “invitarme” a acompañarle en alguna de sus chapucillas difícilmente controlables desde cualquier punto de vista.

Imagino que previamente había hablado con mis padres, quienes habrían dado su consentimiento. Era una forma de tantearme… tanto mis padres como Pedro LISO.

Y también imagino que el experimento pretendía clarificar por dónde iría mi futuro laboral… cómo respondía yo y cuáles eran mis potencialidades como currante. Más allá del asunto siempre incierto de los estudios, tan etéreos y volátiles.

Bueno, nunca he dicho que no a una experiencia nueva del tipo “crecimiento personal” y “enriquecer conocimientos”. Ésta era una de las primeras oportunidades que tenía de acercarme al mundo laboral y no la desperdicié.

Mal del todo no debí de hacerlo, porque repetimos la experiencia en varias ocasiones: trasladar tablones, cargar ladrillos y materiales diversos… lo típico de un pinche de obra. Francamente para mí resultó divertido por la novedad: así parecía juego más que trabajo… una propina y todos contentos.

Recuerdo ante todo dos sensaciones: el cansancio físico por haber trabajado, algo nuevo para mí[1]… y también el descanso por haber trabajado previamente.

Aunque hice cuanto era menester y todo salió según lo previsto[2]… quedó claro que el esfuerzo físico no era lo mío: aunque tampoco lo rehuía ni me provocaba alergia de ningún tipo.

Aquello fue un trabajo extemporáneo en el que me vi entretenido, pero no me pareció lo mío. En todo caso, cada vez que me requirió Pedro LISO fui sin pensarlo… no por la recompensa, sino por la satisfacción que otorga el deber cumplido. Tan renovador como una buena ducha tras el trabajo, algo imprescindible y refrescante para el alma.



[1] Similar al deporte, pero cualitativamente distinto.

[2] En la oscuridad de una nave inmensa, lo que en su día fuera garaje de una marca de coches, allí, cerca de casa… posteriormente un supermercado.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
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