SAMARCANDA

SA - 3.07.

Curros

maracandeses

Preimpresión

MP

1987

104

 

 

 

Pedro MP y Maya MP habían creado una empresita a finales de los ’70-principios de los ’80 y la bautizaron con ambas iniciales. Se conocían desde sus tiempos de estudiantes universitarios, pero nada más que eso. Ni vínculos de otro tipo que hicieran pensar otra cosa: una relación puramente laboral.

Habría sido difícil que fuera de otra manera, porque cada uno por separado tenía un carácter de difícil convivencia laboral y extemporánea… imagino que máxime conyugal: aunque cada uno por su lado, milagrosamente ambos tenían pareja.

Aparte de estas minucias, lo importante era la empresa: un localito pequeño, una oficina en una calle céntrica era el núcleo de la actividad.

Ésta consistía principalmente en la preparación de textos para enviarlos a imprenta: lo que se llamaba en aquella época “preimpresión”. Claro, que han pasado más de 30 años y todo ese asunto ha cambiado tanto que ni se reconoce.

En esencia la tarea consistía entonces en maquetar y preparar informáticamente los textos para darlos a imprenta y que ésta elaborase las planchas correspondientes. Ahí entraba mi trabajo: lo que se llamaba en argot “picar” los textos era pasar de manuscrito a ordenador… a veces, de mecanoscritos a ordenador.

Había unas tarifas previamente establecidas, de manera que ya sabía uno a qué atenerse: más horas de trabajo, más pasta. Pero también estaba el asunto de los plazos: era para un día concreto, con lo que muchas veces aquello se convertía en prioritario, dejando para otro rato cosas más apetecibles como leer, salir de copas, descansar…

Yo combinaba aquel trabajillo extemporáneo e imprevisible con mis estudios: era una forma de conseguir ingresos siempre necesarios, pero no era un trabajo propiamente dicho.

Hubo un momento en que pudo llegar a convertirse en tal, pero para entonces yo ya había aprobado las oposiciones como Auxiliar Administrativo y le tocó esa otra lotería de MP a Agustina HUMOS, quien hizo sus pinitos con el programa Quark X-Press de MacIntosh que tenía Pedro MP para maquetar.

Mientras estuve en nómina discontinua de MP, conocí en profundidad inmensidad de temas. Desde los puramente literarios hasta los científicos (medicina, geología…) pasando por los arqueológicos y quién sabe cuántos más.

Muchas veces se trataba de Tesis Doctorales cuyos autores no sabían mecanografía… otras, monográficos de alguna publicación de organismos oficiales que tenían que justificar publicaciones de cara al currículum de actividades.

En fin, era un mundillo algo pajillero que Pedro MP dominaba con toda la soltura que puede tenerse con los genios y los meapilas. Quizá por eso tenía un carácter nervioso que le hacía consumir tabaco negro hasta impregnarle de olor la ropa, casi siempre trajes espigados. Quizá también por eso hablaba ayudándose de una risita que le quedaba muy a juego con su pelo ensortijado y sus ojos azul claro.

Pedro MP era buena persona, aunque algo pelma. Tampoco era de extrañar, teniendo en cuenta el personal con quien lidiaba normalmente. Con toda probabilidad era producto del contagio de aquella manera de ser: mientras hablaba contigo, Pedro MP iba por lo general repasando con la yema de alguno de sus dedos la mesa, para limpiarla de las briznas de ceniza que él mismo iba extendiendo involuntariamente, como producto de su vicio.

A veces también limpiaba las procedentes de tu propio cigarrillo, lo que daba la impresión de vulnerar tu intimidad… como si te desnudara.

Generalmente las conversaciones con Pedro MP eran puramente técnicas: centímetros, pulgadas, caracteres, negrita, gramaje del papel… y se hacían llevaderas. A veces aparecía Maya MP, su socia, que dejaba entrever una sonrisa amable entre sus ojos saltones, su nariz aguileña y una fealdad que nadie le reprochaba, pues la compensaba con simpatía.

Resultaba agradable cumplir la palabra dada a Pedro MP en cuanto a plazos, quien por lo general era comprensivo y buen pagador: algo que no puede decirse de la mayoría de los elementos dedicados al mundo de las letras.

MP fue quien elaboró mi primer libro de cuentos (en colaboración) y Agustina HUMOS después maquetó el segundo en las máquinas de aquella empresa. Paulatinamente MP fue desapareciendo de mi vida, superado por otras actividades económicas y literarias cada vez más complejas.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
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