Jacinta Ref. Sol PULGA

 

 

Namangan

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Su trayectoria académica estaba marcada por haber sido alumna de Jesús Manuel LAGO, lo confesaba sin pudor la propia Jacinta Ref. Sol PULGA; igual que su amiga Sol PULGA, ambas devotas del susodicho. Las dos llegaron a Samarcanda desde allende la frontera, por tanto procedían de lo que, en palabras de Jesús Manuel LAGO, estaba “en la linde de la civilización”.

Además venían a personificar lo que allá por el ’88 él denominaba la Filosofía “de corte y confección”, aunque de esto último no sé si eran conscientes… como también desconozco si cuando conocí a Jacinta Ref. Sol PULGA aún figuraba esta metáfora entre las que hacía valer Jesús Manuel LAGO, aquél que fuera compañero mío de clase durante los estudios que ahora le acreditaban como docente de la Filosofía, reconvertido en profesor de Secundaria diez años después.

Lo cierto es que Jacinta Ref. Sol PULGA practicaba la Filosofía como podría haberlo hecho con cualquier ingeniería o alguna Filología: estudiándola con ahínco para aprobar los exámenes. Algo esto último que a buen seguro consiguió, pues se la veía tenaz… pero no era una estudiante de Filosofía militante, por así decirlo: de esa gente que tiene la Filosofía como un filtro a través del que evaluar los estudios y la realidad como si de un microscopio se tratase. Más bien daba la impresión de que para Jacinta Ref. Sol PULGA la Filosofía era una herramienta con la que ganarse la vida en el futuro, algo que en absoluto significa que no valiera para ella; más bien significa que ponía (o existía sin su voluntad) una barrera que le impedía a Jacinta Ref. Sol PULGA tener la Filosofía como un ejercicio vital práctico constante. Ésta y no otra es la diferencia fundamental entre una filósofa y una licenciada en Filosofía.

A buen seguro que Jacinta Ref. Sol PULGA acabó siendo esto último, pues sólo requiere tenacidad en el empeño… pero jamás llegó a ser filósofa, si no maduró más tarde, una vez la hube perdido de vista en mi horizonte. No seré yo quien diga que esta conclusión resultaba inmediata tras evaluar sus condiciones básicas pues éstas respondían al perfil clásico de la maruja como arquetipo, no seré yo… pero cualquiera que la hubiese tratado en aquella época, podía llegar a esa conclusión con toda seguridad.

Aparte de la superficialidad con la que Jacinta Ref. Sol PULGA abordaba cualquier cuestión, algo que bien podía ser propio de su edad de entonces, estaba el asunto de la cerrazón mental: esa propiedad consistente en impermeabilizarse para no permitir que a un@ le empape la lluvia o le afecte el viento: los elementos de la experiencia. Consiste ante todo en pertrecharse tras una buena coraza que le aísle del exterior… en esto Jacinta Ref. Sol PULGA era experta, gracias sobre todo al instrumental de las etiquetas, tan conocido como socorrido. Cuando llega algo nuevo a tu vida, sólo tienes que ponerle una etiqueta de algo ya conocido a lo que se parezca… y obrar en consecuencia, por analogía. La cerrazón mental consiste en eso, pues resulta ser lo opuesto a la apertura. Análogamente a como sucede con las fisuras del cráneo, que a partir de una edad se clausuran una vez alcanzada la madurez ósea, cuando ya no hay posible crecimiento; sólo que en nuestro caso significa cerrar la puerta al aprendizaje vital, negar la posibilidad de continuar creciendo mentalmente.

Éste era el pequeño drama de Jacinta Ref. Sol PULGA, una chica que nada podía aprender porque ya lo sabía todo, al menos tenía un esquema previo al que remitirse para que nada la superase ni escapara de su control…

 


 

 

 

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