Lucas

SENCILLO

 

´87

 859

             

 

Entre los libros de mi biblioteca personal conservo una de sus obras, pero no robado a la suya, sino comprado legalmente en librería. Porque aquel hombre, Lucas SENCILLO, era un autor reconocido en el mundo de su especialidad: la Antropología. Sin embargo, por oscuras coincidencias de las circunstancias conjuradas para que la realidad se le negara, no pude llegar a disfrutar de sus conocimientos ni sus enseñanzas. Fue el episodio que tuvo lugar en la UdeS y que se conoció como La conjura de los necios, en referencia al libro de John Kennedy Toole y la forma como los débiles mentales se agrupan para combatir al fuerte: algo así como lo de Nietzsche, creo, pero en una versión mucho más barriobajera.

Lucas SENCILLO era un autor y profesor internacionalmente reconocido en congresos, cuyo currículum era infinitamente superior al de MARUJO, quien escandalosamente le robó la plaza de catedrático en la UdeS gracias a compadreos, amiguismos y oscuros débitos acreedores de pasillos: todo ello hizo primar la mediocridad y la estulticia sobre la capacidad y los conocimientos.

Con esto queda resumido todo a grandes trazos. Sin embargo, cuando conocí a Lucas SENCILLO fue a principios del ’87: el problema de su futuro aún se encontraba pendiente de resolver; fue durante la ocupación de la Facultad de Filosofía… de la UdeS durante las movilizaciones del ’87 y Lucas SENCILLO se prestó desinteresadamente a colaborar con lo que se denominaba “universidad alternativa”, en la que se replanteaban las relaciones entre profesores y alumnos, al tiempo que se diseñaban planes de estudios diferentes a los vigentes y se impartían clases fuera del calendario oficial, puesto que la UdeS se encontraba oficialmente en suspenso: incluso sin clases ni exámenes. Instalaciones ocupadas y horarios alterados, así como notas en el aire… pendientes hasta que se resolviera el conflicto.

La mayoría de los catedráticos y profesores de la UdeS: felices y en casa, cobrando sin trabajar… pero en cambio algunos, como Lucas SENCILLO tomando partido por una renovación que –más que eso- se pretendía revolución. Durante diversos días Lucas SENCILLO colaboró de manera altruista en el proyecto: también era para él una forma idónea de mostrar su disconformidad, explicar con hechos hasta qué punto estaba en desacuerdo con la UdeS tal y como era en aquel momento.

Pero el paso del tiempo lo mandó todo al garete y junto con el fracaso de aquellas movilizaciones del ’87, diluidas por los mecanismos del poder con el tiempo a su favor, llegó también la imposibilidad de que Lucas SENCILLO terminase sus años de docencia, hasta la jubilación que ya le quedaba próxima, en las aulas de la UdeS. Académicamente aquello fue un desastre, un fracaso cuya mayor perjudicada sin duda fue la propia UdeS.

Al fin y al cabo Lucas SENCILLO terminó sus días en otra universidad, creo que la de Chimbay… pero el problema quedó allí: un nepotismo enquistado como la costumbre, que permite sobrevivir a los subnormales arropándose entre ellos, sin reconocer superioridades que les impedirían creerse dioses, algo que practican ahora.

Lucas SENCILLO se marchó contra su voluntad, pero también contra la nuestra: la de quienes estábamos ávidos de sus conocimientos y hastiados de las baboserías de garrapatas… quienes, como MARUJO y sus amigos, cortaban el bacalao en aquel refugio de impotentes e incompetentes contra los que luchábamos sin cuartel y sin éxito. Perdimos… Lucas SENCILLO y todos nosotros; de tanto en tanto le echo un ojo al libro verde de su autoría que habita mi estantería.

 

 

Sonido

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