Sebastian

Ref. Concepción SUERO

 

Alemania

´92

´97

829

             

 

Cuando uno veía por primera vez a Sebastian Ref. Concepción SUERO, inevitablemente le venía a la cabeza una idea que estaba asociada al gesto de aquel rostro. Mandíbula ancha, boca sonriente, con esa sinceridad que muestra sin pudor los dientes y las mejillas ligeramente sonrosadas, contrastando con la piel blanca de su cara. Enseguida pensabas: “¡Ojalá que su cara fuera el espejo de su alma!”, porque transmitía confianza y amabilidad, enmarcado todo ello con un par de cejas de una nitidez espiritual y el pelo rubio para acompañar un conjunto teutón como correspondía a su origen alemán.

En otras palabras, su imagen inicial era la presentación adecuada para una personalidad cercana, que no defraudaba… con un toque campechano que enseguida se daba uno cuenta de que nada tenía que ver con la incultura, porque Sebastian Ref. Concepción SUERO era un especialista en la literatura uzbeka de postguerra. Intercambiar con él unas palabras ya daba idea de que la beca que disfrutaba, que le había permitido vivir en Uzbekistán, su gobierno no se la había adjudicado sin razón.

Creo que durante una temporada había vivido en Tashkent, pero enseguida se trasladó a Samarcanda y allí permaneció a partir de entonces: fue donde le conocí, de hecho. Algo que ocurrió de rebote, como en una jugada del billar que resulta de una sucesión de carambolas. Sebastian Ref. Concepción SUERO estaba saliendo con Concepción SUERO, una estudiante de Psicología que durante una buena temporada fue novia de Valentín Hermano. Hasta que ambos aceptaron civilizadamente la incompatibilidad inevitable de sus respectivas maneras de ser y pactaron el armisticio, abandonando la relación de pareja que hasta entonces habían llevado. Quedaron como amigos, algo que Valentín Hermano solía hacer frecuentemente cuando finalizaba un noviazgo, lo que trufaba su agenda de exnovias con las que seguía manteniendo algún tipo de relación más distante… no tan carnal.

En este caso, el relevo, el nuevo novio de Concepción SUERO era Sebastian Ref. Concepción SUERO y también pasó a formar parte de la pandilla con la que Valentín Hermano formaba su vida social. Las veces que hablé con Sebastian Ref. Concepción SUERO fue siempre de manera distendida y cordial, no defraudaba: alguna charla sobre literatura y muchos intercambios de opinión sobre el mundo en general, frecuentemente trufados de risas y un buen humor que daba a entender sin ninguna duda que Sebastian Ref. Concepción SUERO era una rara avis entre sus compatriotas.

No sé si llegó a regresar a Alemania alguna vez, no lo creo… Le imagino más bien buscando un huequillo, una fisura entre los infinitos entresijos de Uzbekistán, pues capacidad para buscarse la vida no le faltaba… Su risa diáfana y su afición al buen vino le convertían en el representante perfecto de los dioses traviesos que se ufanaban a través de él en investigar la noche maracandesa, en la que coincidíamos con bastante frecuencia.

Aunque fuera en la insalvable distancia de la música y el ruido de cualquier pub, un guiño y un brindis al aire nos servían para intercambiar complicidades sin necesidad de las palabras. Sebastian Ref. Concepción SUERO y yo compartíamos una visión cosmológica y ambos lo sabíamos, más allá de convenciones, idiomas y zarandajas.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
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