Pedro

LAOS

 

´92

  925

             
               

 

Siempre reía, aunque con el gesto un poco torcido y manchado por la nicotina. Pedro LAOS era un gran fumador, es decir, de ésos que se pasan el día fumando. Grande por la cantidad, vamos, no por la calidad: era un tabaco negro con el que contaminaba su ropa, su piel y sus pulmones. Pero era infinitamente más importante lo que reía, su disposición al mundo positivo que podía adivinarse tras cualquier broma o la improvisación de un juego de palabras. Era receptivo, por así resumirlo; tanto ante mis gracietas como ante las de cualquiera, siempre le vi corresponder generosamente con una risa.

Queda por saber si Pedro LAOS en aquella época se encontraba influido positivamente por trabajar en el C.D.M. de Kagan, en el que éramos compañeros; por lo que pude averiguar entre antiguos alumnos suyos, el carácter le había mejorado desde que no tenía que dedicarse obligatoriamente a la docencia. En tiempos, Pedro LAOS incluso llegó a ser director del Instituto Ramiro García de Kagan, así que el pobre acumulaba en su currículum experiencias de ésas que te curten cuando consigues sobrevivir a ellas.

Pero allí, en el C.D.M. en el que nos conocimos y trabajábamos, la cosa era diferente… porque sólo había adult@s y esto a Pedro LAOS, como a cualquiera de los allí presentes, le quitaba un gran peso de encima.

El campo del saber al que se dedicaba Pedro LAOS era el de las Ciencias de la naturaleza, lo que en su ámbito de actuación incluía la Física y la Química, según creo recordar. Algunas veces intercambiábamos opiniones sobre algún asunto al hilo de estas disciplinas, pero por lo general nos relacionábamos sólo de forma humana, nada que ver con temas tan trascendentales o importantes para el funcionamiento del mundo.

Pedro LAOS era de trato fácil y agradable: ni tenía ínfulas ni las tomaba en cuenta si alguien las mostraba. Por eso a mí me parecía extraño que hubiera abandonado el mundillo de la docencia… aunque bien pudiera ser que se tratara de una etapa de su vida dedicada al descanso de semejante ingrata y fatigante tarea. No pude llegar a saberlo, puesto que poco después de coincidir en la plantilla del C.D.M. de Kagan, mi persona salió disparada de allí hacia paisajes menos amables, perdiéndoles así la pista tanto a Pedro LAOS como al resto de la plantilla.

Lo que mejor recuerdo de aquella época son los ratos de descanso en el trabajo, cuando nos acercábamos a algún bareto cercano para tomar un café o una caña y charlar: casi nunca sobre el trabajo, por fortuna. Intercambios de bromas y ocurrencias a partir de algún tema de actualidad, casi siempre. Excusas con las que los seres humanos muestran a los demás su manera de ver las cosas, para buscar coincidencias entre los espíritus afines; con Pedro LAOS estaba siempre garantizada alguna aportación interesante llegando desde cualquier carcajada.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
Todavía no tienes una cuenta? Regístrate ahora!

Entra a tu cuenta