Pi

Ghuzor

´91

´92

 582

             

 

Con el perfil de rockero cachondo, desenfadado y presto a cualquier tipo de juerga, Pi era uno de esos tipos normales que enseguida se hace entrañable. Alguien con quien poder compartir los ratos y las cervezas en agradable compañía.

Llegó desde el pueblo de Araceli BÍGARO, porque ella le animó o convenció para invertir sus ahorros en la hostelería maracandesa. Iban a poner un bar, dicho sencillamente.

Año ’91. Yo acababa de empezar a ser funcionario y mis ratos del desayuno muchas veces los compartía con ellos, con su complicado proyecto. Obras, local, licencias, insonorización… todo parecía ponerse cuesta arriba. Finalmente lo consiguieron, pero el resultado fue un fracaso. Lo perdieron todo.

Pi era una persona que habría merecido mejor suerte, sin duda… pero estaba contagiado por el entusiasmo nocturno y extraacadémico que nos había invadido mientras estudiábamos. Pretendíamos prolongarlo y era imposible. No valíamos para ello, aunque lo intentáramos.

Pi desapareció tal como vino, dejándonos cierto complejo de culpabilidad, como si hubiéramos sido responsables de su ruina. Así fue en cierto modo. Aquel bar cuyo nombre no recuerdo fue rodando posteriormente de mano en mano, ya traspasado. Pasó a llamarse más tarde Araña. Con ello le dio la razón a una intuición que Araceli BÍGARO había tenido desde siempre. Ahora se explicaba su odio visceral a las arañas.

MIÉRCOLES, hora del café

-Tomo una caña con Pi, y me cuenta que Araceli BÍGARO no ha aparecido.

-Yo le digo: seguro que está en algún chalet con piscina. Pi lo descarta.

 

JUEVES, mediodía

-Escribo Pequeño fragmento cristalino. Pienso regalar un trozo de cristal con cada copia.

 

JUEVES, media tarde

-Araceli BÍGARO y Pi en Tashkent. Me piden el teléfono de Valentín Hermano.

-Araceli BÍGARO me cuenta: estuvo en un chalet con piscina y después comentó mi profecía con Pi.

 

VIERNES, hora del café

-Le doy una copia del Pequeño fragmento cristalino a Araceli BÍGARO y le digo: “No he encontrado un trozo de cristal, pero imagina que está…”

-Araceli BÍGARO me cuenta que JUEVES (creo) Valentín Hermano le regaló un trozo de cristal.

 

VIERNES, tarde (cuando escribo)

-Me pregunto cómo pueden llegar a “anillarse” situaciones. Que agua y cristal (base del título del Pequeño fragmento cristalino) coincidan así.

-Y más: me pregunto qué quiere vaticinar todo esto. Algo apetitoso, seguro.

 

SÁBADO, mediodía (cuando añado)

-Mientras me ducho, pienso si no serán las gafas de Celedonio Capitán Hipertrachuelo, recientemente aparecido en escena.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
Todavía no tienes una cuenta? Regístrate ahora!

Entra a tu cuenta