Vode Pub   Kagan   '86  '94   655

Como a resguardo de la principal arteria de Kagan se encontraba el Vode, una cafetería con ínfulas de algo más. Estaba allí como pueda estarlo una columna o cualquier objeto destinado a no ser nada… pero con la permanente posibilidad de que pudiera pasar cualquier cosa que modificara la situación.

En otras palabras, su sola presencia era una amenaza velada, aunque no se sabía muy bien de qué. Tal vez la posibilidad permanente que a uno le atenaza de que salga a relucir su otro yo, irrefrenable. Quizá ésta sea una visión mediatizada por mi experiencia. Las dos o tres veces que estuve en el Vode lo hice con la resaca habitando mi cabeza. Por tanto, en esas condiciones las dimensiones del mundo se encuentran trastocadas.

En las pegatinas que repartían desde el Vode para darse publicidad había una pareja bailando un tango. Indagué sin éxito el motivo. Parece que simplemente se trataba de una excusa decorativa, con lo cual el Vode abandonó toda posibilidad de ser interesante en mi horizonte, si es que alguna vez la tuvo. Así que los remordimientos jamás llegaron hasta mis dominios.

Había en la atmósfera del Vode un ambiente necesitado de café, inundado de una luz tan fantasmal como el pueblo mismo. Parecía una calle que había entrado a tomar algo en el bar. El Vode era una prolongación del frío sin mayores consecuencias.

El Vode quería ser animación personificada, le habría gustado ser otra cosa; pero como ocurre en tantas ocasiones algún factor no se lo permitía. En esa disyuntiva se debatía entonces… ¡quién sabe si continuará haciéndolo hoy en día!

Puede que el Vode fuera digno de mejor suerte. Al abandonar su espacio a uno le quedaba dentro ese resquemor de injusticia local, de causa perdida.