Camilo

 

Gitanillo chico

  Farghona

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Camilo Gitanillo chico era un chaval pausado incluso en la carcajada. Precisamente ese carácter tranquilo incitaba a provocársela. Se notaba que esa manera calmada de relacionarse con el mundo, ese ritmo tan poco frecuente en los jóvenes… no era casual, sino el producto de largas meditaciones que le habían llevado hasta ese punto… nada heredado o gratuito, sino fruto de una actitud ante la vida. Una apuesta decidida.

Quizá por eso hablar con Camilo Gitanillo chico resultaba una aportación de tranquilidad que se agradecía en cualquier momento, acostumbrado como estaba yo en aquella época a las presiones de todo tipo, provenientes de todas partes.

Como pintor que era, estudiante de Bellas Artes, Camilo Gitanillo chico proyectaba algo de su personalidad en la materia que transformaba con sus manos. Esto difícilmente lo entendía la materia, que muchas veces se le resistía… al menos en lo que a notas y provecho académico se refiere.

De vez en cuando Camilo Gitanillo chico aparecía por La Tapadera… o nos encontrábamos en la Facultad de Bellas Artes. Con tal motivo un rato de charla resultaba no sólo agradable sino también aleccionadora: me servía para recordar que no todo en aquel mundo era petulante y repelente. También había caracteres como el de Camilo Gitanillo chico, siempre presto a un buen rato de charla sobre el mundo del arte, el carácter humano o las condiciones de posibilidad de lo más elevado en medio de la jungla contemporánea.

El asunto de su apodo era obra de Marisa BARRA, que le tenía en el punto de mira para sus proyectos erótico-afectivos… no sé en qué quedaría finalmente todo aquel asunto. Tampoco era un tema que me interesase en absoluto.

Camilo Gitanillo chico me parecía un chaval digno de mejor suerte[1], quizás por comprenderle en el sentido de sentirse incomprendido: imagino cuántas puertas incapaces de la empatía le habrá cerrado su manera de ser. Cuántos momentos de amargura le tiene reservados la vida: tan ingrata cuando no entras en el tendencioso juego de la jungla humana.

Pero Camilo Gitanillo chico había aprendido a sobrevivir entre la maleza… cada día era una victoria, sí, por lo precario de la existencia. Pero también porque todo cuanto no consigue hundirte acaba siendo parte del apoyo que te sirve para seguir adelante.

Camilo Gitanillo chico era algo así como un espíritu orientalista deambulando por el mundo material como quien cumple una condena: tener que soportar alrededor la maleza de una incomprensión que sólo perjudica a quienes la practican. En ese sentido me sentía identificado con él, me parecía admirable que no hubiera necesitado tantos años como yo para asimilar ciertos aprendizajes, al mismo tiempo que veía cómo él evolucionaba e iba modificando su carácter con sus experiencias… acercándose a un grado de sabiduría que me resultaba digno de admiración.

Quizás precisamente por tener un carácter afable, cercano y nada dado a la presunción… También por integrar en su manera de ser todo esto de una forma natural, nada afectada y con un punto de humildad que generalmente se echa de menos en toda población mínimamente comprometida (consigo misma o con su entorno)… Quizás por todo lo dicho me sentía más cercano a Camilo Gitanillo chico en la comunicación sin palabras que vive aletargada en el trato humano amistoso y cotidiano. Que no necesita grandes sucesos ni acontecimientos importantes para hacerse patente.

A veces cualquier excusa, cualquier hecho mínimo y cotidiano tiene precisamente por eso un significado que va más allá de las palabras… difícilmente explicable, por lo tanto. Es como si una fuerza invisible e imposible de concretar, inaprehensible… planeara sobre algunos instantes de la vida, como una cobertura mágica que permite al espíritu liberarse de toda carga: un destello que puede llamarse inspiración, liberación o con cualquier otra palabra de ese mismo campo semántico. En definitiva, una reconciliación con uno mismo que le permite despegar hacia el Cosmos, libre de todo cuerpo como lastre.



[1] Académica, cultural y de todo tipo.

 

 

Sonido

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