Jesús

 

Rocker

Samarcanda

´83

´99

374

             

 

Puede que Jesús Rocker no fuera un tipo inteligente ni brillante intelectualmente hablando, pero todo eso pasaba a un segundo plano cuando había cerveza de por medio, algo de música y mucho buen humor.

Jesús Rocker era un tío sano en el buen sentido de la palabra, aunque no tanto en lo físico. Fumaba y bebía como una forma militante de juventud. Le conocí en el Harpo, allá por el ’83. Era el bar que entonces tenía junto con su hermano… Un local en el que Jesús Rocker daba rienda suelta sin cortapisas a sus gustos musicales… Bajo la égida del marxismo como declaración de principios: el humorístico, claro, que no el político.

Coincidíamos con irregular frecuencia en la noche maracandesa. Más allá de eso nos unían algunos puntos en común, algunos intereses puntuales. Allá por el ’88 compartimos una temporada haciendo de disc-jockey en el Fifti![1]. Pero salvo este asunto concreto, nos unía sobre todo una relación de camaradería… A veces charlábamos de filosofía. Era un tema que a Jesús Rocker le gustaba tanto como le atraía, pero al que no estaba conectado más que por una afinidad intuitiva. Intelectual de andar por casa.

Un día, viajando en autobús urbano por no sé qué casualidades de la vida, estuve contándole un sistema filosófico de mi invención, llamado “egoteísmo”… nos pasamos unas buenas risas hasta que llegó su parada.

Pero lo que a Jesús Rocker en realidad le motivaba era la Filología inglesa, su dedicación académica: sus estudios.

Mi opinión sobre los idiomas es muy sencilla. Resultan interesantes, pero en lo que se refiere al intelecto, creo que vendrían a ser algo así como un deporte… Se mueven en la superficie, no profundizan lo suficiente en lo que es realmente el núcleo de la sabiduría. Dicho sea esto sin restarles mérito a los deportistas de ningún tipo (físico ni mental), simplemente como descripción objetiva de los hechos.

Jesús Rocker era un tío divertido. Con frecuencia reíamos en complicidad: del conjunto absurdo de la existencia. No hay más tragedia que la que uno se construye, se va forjando día a día. En eso estábamos de acuerdo.

Una de esas casualidades de la vida hizo que yo le presentara a Macarena Ref. Jesús Rocker, que durante años sería su pareja… Quizá por eso Jesús Rocker me tuviera un cariño especial, que me demostraba con frecuencia. Una de las ocasiones, allá por el ’92, me invitó a pasar una noche especial en el hotel donde a la sazón trabajaba Jesús Rocker como conserje nocturno. Para que fuese con Dolores BABÁ, mi novia de entonces.

Aquello salió de pena. A a Dolores BABÁ se le cruzó el cable y no quiso disfrutar del “pack recién casados” preparado por Jesús Rocker. Incluía, por ejemplo, cava en el desayuno. Muerta de vergüenza, Dolores BABÁ salió por patas del hotel, aguando la fiesta. En todo caso, aquel trabajo en el hotel a Jesús Rocker le permitía practicar inglés… algo que siempre le venía bien para sus estudios. Al mismo tiempo, sacarse un jornal que le permitiese algo de independencia económica.

Así iba capeando el temporal de la vida, mientras se acercaba a la meta de su Filología… pero aquel punto de llegada empezó a ponerse cuesta arriba. Encontró un hueso duro de roer en forma de asignatura. Poco a poco la cosa se fue complicando hasta llegar al punto de convertirse en encrucijada. La única asignatura que le quedaba para terminar la carrera… El número de sus convocatorias se iba agotando poco a poco, como una variante de la tortura de la gota malaya.

Las últimas noticias que recuerdo al respecto son que tuvo que cambiarse de universidad porque en la UdeS se le habían acabado… Imagino que finalmente conseguiría superar aquel problemón. Pero el asunto le había dejado tocado. Era más que un contratiempo, una losa que le obligaba a recolocar su vida entera.

A raíz de los hechos posteriores pueden reinterpretarse los acontecimientos pasados. Un mal día de no sé qué año a Jesús Rocker se le llevó por delante un infarto… Jamás podrá saberse hasta qué punto había influido en su salud todo aquel proceso de desgracia académica. La ciencia es limitada.

Lo indiscutible fue su desaparición desde entonces, su permanente ausencia. Cuando llegó ese momento Jesús Rocker tenía como pareja a Dominga Ref. Jesús Rocker. Era una chica polaca que asistió a su muerte sin poder hacer nada.

Después, ironías de la vida, Dominga Ref. Jesús Rocker se convirtió en la pareja de Valentín Hermano… como rindiéndole ambos ese extraño homenaje a un tipo digno de mejor suerte. De alguna manera inexplicable, además… viniendo a cerrar un círculo que se había abierto para mí el día que conocí a Jesús Rocker, pues entonces me le había presentado Valentín Hermano.




[1] Él era titular, yo me limitaba a cubrir huecos discretamente.

 

 

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