Navajo

 

´84

´96

183 

             

 

Los rasgos afilados de su rostro, el carácter inquieto y algo desafiante, un buen humor casi siempre presente… más el toque de ironía que acompañaba su presencia. Eran los rasgos de identidad que hacían de Navajo alguien irrepetible. Dejaba traslucir una especie de violencia contenida que no podría decirse exactamente en qué consistía ni a qué respondía…

Puede que a lo largo de su vida hubiera tenido que desenvolverse en ambientes hostiles y de ahí proviniera esa técnica defensiva. En definitiva, su perfil tan particular había convertido a Navajo en todo un personaje de la noche maracandesa, tan archiconocido como apreciado.

Trabajó como camarero en muchos sitios, pero su paso por el emblemático Mambo llenó su currículum para siempre. Por si todo esto fuera poco, su novia Laura Ref. Navajo era el complemento ideal de su figura.

Un buen día Navajo desapareció sin dejar rastro… aunque sólo durante una temporada. A su vuelta confesaba haber estado sobreviviendo como bandido. No sé si salteador de caminos, tahúr, político, timador o buscavidas… porque nunca llegó a especificarlo. Quizás temeroso de que alguien pudiera reconocerle o delatarle, aunque en todo caso ahora se trate de delitos ya prescritos.

Pero volvió a Samarcanda para llenar el hueco, porque su ausencia no tenía otra solución. Nadie como Navajo habría sabido hacer los bocadillos: entre risas y cáusticas críticas sociales cargadas de ironía. Pero consiguiendo que tuvieran aquel sabor que iba allende el bacon y el queso. La principal habilidad de Navajo, sin duda. Entre charlas y bocadillos dejaba bien claro cuál es el auténtico sabor de los cerdos.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
Todavía no tienes una cuenta? Regístrate ahora!

Entra a tu cuenta