Patri Ref. Joaquín Marqués, aquella chica de cabello ensortijado y presta siempre a la risa, se había quedado anclada en la adolescencia aunque su cuerpo hubiera seguido creciendo. La mentalidad pizpireta y despreocupada, contestataria e inconsciente… resulta etapa imprescindible para encarar el futuro, sin duda. Conozco muy poca gente que no la haya superado y posea sanidad mental suficiente como para poder resolver la existencia con felicidad. Pero lo contrario, fijar esa etapa como talante definitivo y seguir adelante con esa misma foto-fija sólo porque un@ se guste a sí mism@, resulta contraindicado: como ocurre en general cuando alguien se niega a asumir lo evidente e inevitable, como el paso del tiempo o cualquier otra de las que cae bajo el epígrafe de lo que se llama “Ley de vida” por la sabiduría popular.

Pero Patri Ref. Joaquín Marqués se gustaba a sí misma y pretendía perpetuarse tal cual era: que la aceptaran así porque su manera de ser resultaba innegociable. Me la presentó Joaquín Marqués durante mi estancia en Qûqon; era, había sido uno de sus ligues y de alguna manera continuaban teniendo relación, aunque no de pareja convencional. Esto era algo que Patri Ref. Joaquín Marqués no estaba dispuesta a asumir, claro: el espíritu libre que se pretendía no podía claudicar ante algo tan anquilosado. Creo que para Patri Ref. Joaquín Marqués la relación con Joaquín Marqués formaba parte de ese aprendizaje buscado por los adolescentes como una parcela de las demandas propias de la esponja que son.

Entre sus señas de identidad declaradas y asumidas, Patri Ref. Joaquín Marqués contaba con el asunto de la escritura, claro. Según decía, tenía un cajón repleto de papeles llenos de obras tan pequeñas como un rato de inspiración. En ellas iba desgranando sus impresiones y experiencias de todo tipo: una forma de abordar y conservar todo aquello que le iba haciendo crecer. Pero se negaba a reescribirlo, lo aceptaba tal cual y a otra cosa; con esfuerzo e insistencia le hice retocar alguna cosilla con el fin de publicarla en Los cuadernos del soplagaitas. En todo caso, para Patri Ref. Joaquín Marqués no existía todo aquello: la vida era un espejismo que la obligaba a sobrevivir y ella lo hacía con desgana, sin motivación alguna.

Entre copas, porros y risas acabó trabajando como chacha en casa de Vicen Ref. Joaquín Marqués, amigo común de ambos: de Patri Ref. Joaquín Marqués y de Joaquín Marqués. Aquello acabó mal, porque a ella le molestaba tener que trabajar y a él mantenerla por no hacer nada; previsible.

Patri Ref. Joaquín Marqués era el espíritu que caminaba a nuestro lado mientras Joaquín Marqués y yo paseábamos por los caminos del valle en el que se localizaba Angren… alguna vez también vino su cuerpo, pero abusaba de la confianza o no sabía medir sus reacciones adolescentes, en ocasiones incluso violentas. Tampoco era de extrañar, teniendo en cuenta la maldición con la que convivía y nadie había sabido remediar hasta entonces: al alcanzar el orgasmo su cuerpo respondía siempre con una hemorragia nasal. Joaquín Marqués me lo contaba contrariado, claro… aquello era un hándicap, plantearse cualquier futuro con esa bomba de relojería.

Patri Ref. Joaquín Marqués estaba llena de sol, pero por alguna extraña razón no sabía convertirlo en vida, no había comprendido que evolucionar consiste precisamente en eso… le faltaba la función clorofílica.