Amador
Arlequín   Samarcanda ´83 ´86 726
             

 

La primera impresión que uno tenía tras contactar con Amador Arlequín era la de haber conocido a una persona normal: con la salvedad de que fuera radioaficionado, con la carga que eso tiene, claro. Pero enseguida empezaban a no encajar las cosas, en cuanto se rascaba un poco bajo esa superficie de aparente normalidad.

Su risa estentórea, fácilmente provocable por cualquier observación un poco crítica con la realidad, daba a entender cierto inconformismo… que no se traducía en absoluto en carácter revolucionario, pues Amador Arlequín tenía el perfil típico del oriundo de Samarcanda. Partidario de que las cosas fueran de otra manera, pero nada excepcionalmente radical. Más bien con que sus intereses particulares se vieran mejorados, ya se daría por satisfecho.

No había nada más que ver su perfil: era un ingeniero técnico formado en Kagan. Decir que conservaba gratos recuerdos de aquella época de su vida ya nos indica cuán insulsa había de ser ésta; en fin, sus pretensiones más elevadas respondían a pasar buenos ratos de charla, aunque ésta fuera por las ondas y no en persona.

Secundariamente estaba el asunto de poder conseguir algún ligue, aunque bien sabía él que con su físico y sus características personales lo tenía francamente difícil; pero lo compensaba con la fácil amistad sin problemas que facilitaba la radioafición: hizo grupillo con Seco Moco y conmigo, lo que le proporcionó buenos ratos de diversión.

En el trasfondo de la personalidad inconformista de Amador Arlequín se adivinaba algún tipo de trauma familiar que personalmente jamás me interesó, pero bastaba con observar con detenimiento a su madre, una mujer con carácter y dominante… y a su padre, gris y desapercibido… perdido entre los pasillos de aquella vivienda tan típica de Samarcanda: una casita pequeña y cercana al cuartel del ejército. Humilde, pero fácilmente especulable.

A Amador Arlequín se le conocía algún que otro ligue (probablemente por despiste o hambruna de las féminas implicadas), pero tenía el perfil del individuo que se queda en la casa paterna toda la vida… hasta que mueren los padres y hereda de golpe toda la gris melancolía que se adivina tras la figura de un arlequín.


 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
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