Remedios

COLGADA

 

Chirchiq

´85

 ´95

620

             

 

No hablaré de su faceta académica. Remedios COLGADA era de ese tipo de alumnos que al salir de un examen dice que ha sido un desastre y después saca un Notable. Con eso queda todo explicado: su carácter trepa, su falta de escrúpulos y de compañerismo… en fin, un retrato académico de cuerpo entero.

Por eso será mejor fijarse en la faceta humana de Remedios COLGADA, si es que puede llamarse así a una tendencia irrefrenable al mundo de las víboras.

Pero Remedios COLGADA no era mala, al menos no tanto como tonta. Esta tontería no es un juicio valorativo ni subjetivo, sino una descripción aséptica. La base de la misma reside ante todo en una fruslería hecha persona. Alguien superficial por antonomasia que se pone el disfraz de la filosofía. Remedios COLGADA era una trepadora nata que en su afán de preservar el márketing y caerle bien a todo el mundo[1] renunciaba sin duda a lo radical de su actitud, que se adivinaba en los momentos más preclaros. A mí Remedios COLGADA no me caía especialmente mal. Bueno, es uno de esos espantapájaros que decoran los campos de la Facultad.

Era el amor platónico de Alejandro Marcelino BOFE, con todo lo que esto significaba de relación alimentada pero no correspondida. Por eso en presencia de Alejandro Marcelino BOFE no se podía hablar mal de Remedios COLGADA. Ni de su chepa, sus ojos desorbitados o su manera enfermiza de posar para la posteridad mientras cogía el cigarrillo (¿fumaba?).

A mí me parecía que lo de Alejandro Marcelino BOFE no tenía sentido. Pero dudaba, quizá se tratara de que Remedios COLGADA poseía una dimensión desconocida para mí. Algo así intuí una noche, durante un encierro en la UdeS, el año ’87.

Para respirar aire libre, a eso de las 12 de la noche y aprovechando la falta de vigilancia policial, salimos a dar una vuelta por el casco antiguo. Cervezas y charla. Neblina decimonónica, luces anaranjadas arropándonos al amplificar el dorado de una piedra monumental que así nos trasladaba a otra dimensión, sin duda. Remedios COLGADA se encontraba ligeramente achispada y en su delirio de musa a la deriva, empezó a comportarse ¡incluso conmigo! como una gata en celo.

Allí se me hizo visible, entre la niebla ancestral que todo lo clarifica, aquella personalidad de Remedios COLGADA. Y seguramente era la que cautivaba, subyugaba a Alejandro Marcelino BOFE. Por eso mismo decidí poner tierra de por medio y volver al encierro, pero rodeado de personas que pudieran detener aquella metamorfosis con su simple presencia.

El amor incondicional de Alejandro Marcelino BOFE por Remedios COLGADA traspasaba las fronteras. Incluso literalmente. La presencia de Remedios COLGADA en Berlín fue el detonante para que Alejandro Marcelino BOFE se decidiera a venir conmigo y Andrés GHANA en aquella aventura épica.

Durante nuestra estancia allí, una de las noches domiciliarias entre copas e inspiraciones etílicas de mil dimensiones, lo vi claro. Y así se lo dije a todos los presentes y confidentes: “Lo de Remedios COLGADA no es chepa, son las alas replegadas. Es un ángel disfrazado de persona que pulula entre nosotros”. Alejandro Marcelino BOFE casi me mata. Nito, inspirado por el paralelismo de mi metáfora con su película favorita de entonces, El cielo sobre Berlín, plagada de ángeles… se partía de la risa. Joaquín VERDAD también disfrutó lo suyo. Remedios COLGADA no estaba. Convinimos en que la cuestión quedaría como un secreto entre nosotros y así fue hasta la fecha. Quizá ni ella misma sospechara de su condición de crisálida.

Resta hacer hincapié en la familia de Remedios COLGADA, hablar del núcleo que había visto nacer aquella ninfa[2] de un mundo desconocido.

Su infancia había transcurrido en Chirchiq, con todo lo que esto significa[3] y la carga esotérica que lleva asociado. Pero con la llegada de Remedios COLGADA a Samarcanda para estudiar la carrera, se trasladaron todos. A su madre no la recuerdo, por lo tanto supongo que sería todo lo normal que puede ser alguien que convive con una hija que reúne las características aquí expuestas. Sobre su padre los comentarios no podían ser más difamatorios e hirientes, si no calumniosos. Llegaba la leyenda de que había estado inmerso en oscuras trifulcas sobre abusos sexuales a menores, en la falda del castillo. En fin, algo tan truculento de lo que desconfío, porque ¿cómo, si no, iba a estar en libertad? ¿O acaso lo de Samarcanda era un destierro? Lo cierto es que aquella vox populi le salpicaba tanto que incitaba a una interpretación de su ostensible amaneramiento, incluso en la forma de hablar.

Sólo queda por decir que en todo este panorama destacaba el pobre hermano pequeño de Remedios COLGADA, condenado sin remedio a una silla de ruedas por causa de su espina bífida. La duda que late en el fondo de este fresco es: ¿acaso existe Dios y castigó así al padre por sus delitos de pederastia? Si así fuera, poco dice a favor de la divinidad el hecho de ensañarse con un inocente… a no ser que no lo fuera tanto, sino que reencarnara a otro pervertido. En fin, quizá era al revés y el padre iba buscando en otros niños todo aquello que le faltaba al suyo, una belleza física que la vida le había negado. ¿Cuál era la causa y cuál el efecto?



[1] Tener éxito, ser popular… que dicen los yankees.

[2] Ante los ojos de Alejandro Marcelino BOFE.

[3] Si se tiene en consideración mi teoría sobre el Triángulo maldito.

 

 

Sonido

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