GUSANO
´95   974
             

 

¡Pero qué gran artista! Así se presentaba ante todo el mundo, haciendo alarde de un pedigree mil veces multiplicado en infinitas charlas con colegas de la cultura marginal… la verdadera, claro. Gracias a sus múltiples contactos y su nombre resonante en cavernas óseas llenas de vacío, GUSANO era una gran promesa de las Letras en aquellas tierras por donde solía moverse. Un trepa que podría llamarse en puridad “una cabeza de ratón”. Quizás por eso hacía tan buenas migas con Leandro Francisco CASO, uno en Kagan y el otro en Andijon, ambos complacidos en su cotidiana tarea: demostrar al mundo (cada uno por su lado) qué grandes genios eran, lo bien que escribían… y lo ingrato que era el Universo al completo por no querer reconocer su valía.

Y gracias a tanta insistencia, podría decirse que casi de “gota malaya”, allá por el ’95 GUSANO había conseguido medrar, meter la cabeza en los intersticios de las instituciones hasta convertirse en un carguito intermedio dentro de lo que era el mundillo cultural de Andijon. En connivencia con Leandro Francisco CASO y otras gentes con influencia en la esfera política (listillos, vamos, de ésos que enrojecen el panorama tan propio de Khanka, pero por la vergüenza del egoísmo destilado… que no por el color de sus ideas políticas) se había hecho un huequito burocrático con el que salir del paro en el que estaba sumido desde hacía años, según presumía el propio GUSANO.

El famoso argumento del malditismo como garantía de calidad: ¡como si por ser apartado del apestoso panorama comercial ya fuese de gran calidad! Para nada, porque en ocasiones lo que se encuentra fuera de lo malo no es necesariamente lo bueno… ese exilio puede deberse a que es aún peor.

Éste era el caso de GUSANO, algo que no se fue arreglando con el paso de los años, sino que se cronificó… las últimas veces que pude comprobar cómo ahondaba en su tarea estética (antípoda de la calidad literaria y/o artística) fue hace relativamente poco… encontré su nombre por casualidad: letras desperdigadas en un blog muy reivindicativo del mundo obrero. Miradas autocomplacientes para un ombligo seguramente ya inencontrable entre el tejido adiposo… ejerciendo de enfant terrible sin quererse admitir como jubilado cascarrabias en lugar de la gran promesa que fue un día… aunque sólo para sus ínfulas megalómanas. Probablemente siga circulando por esos ámbitos, incluso puede que haya conseguido la filfa de algún que otro premio literario de ésos que convocan sus homólogos concejales de cultura de otros ayuntamientos: para intercambiarlos como cromos destinados a poner color en sus respectivos curriculumvitae. Una especie de corporativismo endogámico ejercido sin remordimientos por unas gentecillas que necesitan como sea algo de reconocimiento público para no sucumbir ante la duda: conjurando así ese temor que les corroe: que cuanto escriben no sea más que una bazofia tras otra.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
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