Con perilla, gafitas de tipo inofensivo (de las de pasar desapercibido, vaya) y un atuendo cercano al hippiosillo: la primera impresión que producía José Cecilio Ref. Hortensia ARROZ era agradable, cercano hasta el punto de que uno le veía y pensaba casi sin querer “es uno de los nuestros”. Aunque no supieras muy bien en qué consistía eso ni quiénes eran exactamente “los nuestros”. Pero se trataba de una impresión tan genérica como acertada, porque enseguida que uno se ponía a hablar con José Cecilio Ref. Hortensia ARROZ o con alguien que le transmitiera esa misma sensación, se daba cuenta de que la primera intuición era correcta en cuanto a una manera de ver el mundo, de tratar a la gente y desenvolverse en la realidad con parámetros similares.

Creo que José Cecilio Ref. Hortensia ARROZ era un estudiante de Pedagogía, al igual que su pareja Hortensia ARROZ: eran pareja también en ese sentido, probablemente se conocieron en la Facultad, aunque tratándose de la Universidad Fanática, como era el caso, algo no terminaba de cuadrar en el conjunto. Más que nada porque José Cecilio Ref. Hortensia ARROZ era un declarado seguidor de las reivindicaciones ideológicas de Qûnghirot: algo difícilmente compatible con la sumisión que por definición caracteriza a quienes se mueven en el ámbito de la Universidad Fanática.

En cualquier caso nadie le pedía explicaciones por eso: más bien había una especie de empatía no expresada, implícita, que movía a solidarizarse con las demandas de ese pueblo, aunque muchas veces disintiéramos en los métodos violentos que utilizaban para intentar conseguir una liberación ciertamente complicada.

Pero José Cecilio Ref. Hortensia ARROZ era un tipo risueño y fácilmente tratable; amable y cercano, lejos del perfil que desde el poder intentaba asociarse a las gentes con sus mismas convicciones políticas. Siempre que hablé con José Cecilio Ref. Hortensia ARROZ me resultó infinitamente más comprensible la lucha de aquel colectivo, habría firmado sin ninguna duda para que consiguieran sus pretensiones de manera pacífica… pero por desgracia las cosas no eran tan sencillas.

Algunas veces tomé cervezas con José Cecilio Ref. Hortensia ARROZ, quien en ocasiones iba acompañado de Hortensia ARROZ (casi siempre); pero también, en el Anillos, coincidíamos con frecuencia entre rock radical y cervezas. Compartiendo una especie de constelación espiritual en la que sobraban las palabras… José Cecilio Ref. Hortensia ARROZ era el tipo de personas que me hacían confiar en el futuro de la Pedagogía: porque me transmitía la impresión de que él, como todos los de su generación, serían capaces de resistir los embates y sustraerse a la anquilosada sociedad que les estaba formando.

A la vista de cómo han ido evolucionando/involucionando las cosas durante los últimos treinta años, me temo que José Cecilio Ref. Hortensia ARROZ sucumbió a la inercia de la entropía. Imagino que como él a título individual, tod@s fueron desactivándose hasta dejar vacío el colectivo de pedagog@s que necesitaba el sistema educativo para estar a la altura de las circunstancias, para servir a una renovación que jamás llegó a llegar… que si lo hiciera ahora, el desfase sería tal que estaría fuera de lugar.

Sin embargo durante aquellos años todo parecía posible, incluso daba la impresión de que –aunque fuera muy poco a poco– algo se movía cada día. Eran sólo ilusiones: esas fuerzas que parecen desafiar a lo establecido y le hacen a uno confiar en el futuro; el paso del tiempo viene a traer dioptrías a unas ilusiones que sólo son ópticas.