Leopoldo

 

Filosofía

 

´87

´89

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Sólo conocí a Leopoldo Filosofía como elemento agitador que proponía actos llamativos durante las reuniones multitudinarias. Actos que se acercaban a una violencia callejera tentadora, en la línea divisoria de lo “intelectualmente correcto”. Sin duda Leopoldo Filosofía encendía los ánimos, animaba el ambiente. Se empeñó especialmente en tomar medidas de gran repercusión social y mediática durante las movilizaciones del ’87, para compensar el silencio y el ninguneo al que nos tenían sometidos los medios de comunicación. Propuso cortar la vía del tren, sabotearla para impedir la circulación ferroviaria y que la cosa trascendiera a todo el país. Faltaron unos pocos votos para que la propuesta saliera adelante. Quizás todo habría cambiado si aquello se hubiera llevado a cabo, nunca lo sabremos…

Los razonamientos y justificaciones eran filosóficamente impecables, de ahí que arrastraran masas de votos hacia su lado. Pero téngase en cuenta que en las asambleas no sólo estábamos los filósofos. En el ’87 compartíamos Facultad con Pedagogía, lo que sin duda frenaba muchas acciones radicales. Las ideas de nuestro ámbito se veían compensadas por el colectivo pedagógico, más cercano a la mezquina realidad que nos rodea.

Eran días de euforia, combativos. Quizás aquella misma mañana fue cuando propuse y conseguí la aprobación de una propuesta histórica… que se declarase persona non grata en la UdeS al entonces príncipe; por aquellos días era un rumor extendido que iba a ir a estudiar Derecho en las aulas de nuestra ciudad. Por suerte finalmente se quedó a estudiar en Tashkent.

Con todo esto puede tenerse una idea aproximada del tema, contenido e intenciones de aquellas asambleas. Sabiamente dirigidas entre otros por Adán Dinamitero, que a pesar de ser pedagogo era tan militante como comprometido. Insobornable.

Entre la camarilla que arengaba para ir más allá en las medidas de presión estaba Leopoldo Filosofía. Desde su perspectiva sólo se trataba de encontrar la fórmula adecuada para conseguir la optimización de las acciones. Leopoldo Filosofía era un firme partidario de lo que en la jerga se denomina acción directa, sin diplomacias ni diálogos inútiles… para Leopoldo Filosofía éstos sólo eran maniobras de despiste. Pérdidas de tiempo encaminadas a debilitar nuestro movimiento, el de las movilizaciones del ’87. En este sentido Leopoldo Filosofía representaba, como buen filósofo, un pensamiento. Pero en su caso encaminado a la práctica… no un pensamiento teórico.

 

 

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