Un chaval cercano: su aspecto, afable; sus maneras, sencillas y amables; la conversación, siempre presta a compartir. Todo esto hacía de Francisco Psicología alguien entrañable. Además era risueño y de trato fácil… en definitiva, no parecía un futuro psicólogo sino más bien uno de los nuestros: un filósofo haciendo incursiones en el mundo de la Psicología. El intercambio de apuntes, opiniones y conocimientos resultaba casi una buena excusa para charlar un rato con él.

Francisco Psicología era de esas personas a las que, sin saber muy bien por qué, te une desde el principio un vínculo que se encuentra más allá de lo conocido… algo así como una intuición latente, una camaradería inexplicable pero indiscutible. Quizás tuviera algo que ver el hecho de que fuera un tío materialmente sencillo: vestía como cualquiera, como yo mismo… algún indicio de pobreza, pero que no se podía saber si era obligada o militante: es decir, si era desharrapado por necesidad o por convicción.

Francisco Psicología participaba sobremanera en los eventos sociales organizados en la clase de la Facultad de Filosofía siempre que fueran heterodoxos, aunque tampoco huía del academicismo; en cierto sentido, también en esto, me recordaba a mí mismo. Es probable que si yo hubiera estudiado la carrera de Psicología… habría acabado siendo como él. Por eso podría decirse que Francisco Psicología era una especie de reencarnación mía: mi personalidad clonada en otro ambiente, no sé… algo así como una vida alternativa.

Por todo lo dicho espero que el paso de los años no le cambiara la esencia, aunque se trate de una esperanza infundada. De hecho lo más probable es que el mundillo de la Psicología le acabara invadiendo y con el paso del tiempo se convirtiera en un estirado practicante de alguna de las mil corrientes al uso en el universo de la Psicología. A buen seguro, en todas ellas el propio Francisco Psicología sería desterrado con mil terapias, hasta acabar eliminándole del mundo de los vivos. Como habrían hecho conmigo si hubiera acabado cayendo alguna vez entre sus zarpas.