Leticia

MIRA

 

Qûqon

´87

´90

469

             

 

Probablemente lo más interesante que le haya pasado a Leticia MIRA en la vida sea cruzarse en el camino, en la trayectoria de Seco Moco. Leticia MIRA tenía esa simplicidad de persona plana que caracteriza a las alumnas de Pedagogía. No sólo la tenía, sino que además se parapetaba tras ella para “resolver” los conflictos… en la creencia de que tratándolos como a niños, los conflictos se convertirían en infantes a su alcance.

Bien pensado era la personalidad que le correspondía a su físico[1]: Leticia MIRA tenía cara de pan, gafas gruesas que le daban la apariencia de no entender nada… Como parece que así era, a tenor de sus notas en la licenciatura. Además solía vestir como una maruja y sus gestos, casi siempre domésticos cuando no domesticados, en absoluto favorecían el éxito del conjunto.

A Seco Moco le conoció durante los encierros que formaron parte de las movilizaciones del ’87. Sin duda alguna para Seco Moco la principal virtud de Leticia MIRA era dejarse follar. Con toda seguridad lo demás para él sería una carga añadida, daños colaterales.

Duraron varios años como pareja, hasta que Seco Moco se cansó de Leticia MIRA y prefirió dejarla libre hacia su vocación de maruja. Seguramente porque así él recuperaba su anhelada libertad. Para ejercer su respectiva vocación… la de donjuán.




[1] O al revés, vaya usted a saber… matices de la ciencia fisionómica.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
Todavía no tienes una cuenta? Regístrate ahora!

Entra a tu cuenta