*Calígula.

*Mesalina. Ambos aparecen mezclados en mi memoria, porque hacen referencia a cuestiones del mundo de la informática y/o las telecomunicaciones: en ellos estaba inmerso Valentín Hermano y en contubernio supuestamente empresarial aparecían Joaquín Pilla Yeska y Emilia Teleco, por aquella época novia de Valentín Hermano. Hablamos de finales de los ’80-principios de los ’90. Circuitos impresos, un discriminador de llamadas para saber si eran de fax o de voz… algo así hay por ahí cerca. No sé (ni quiero saber) más.

*Gobos (CRAMESA). Consistía en proyecciones ambientales para amenizar escenarios, hechas con un cañón de luz que atravesaba una pantalla con dibujos que debían resistir altas temperaturas. Quedó en agua de borrajas.

*Teclados de membrana. Proyecto de uno de los compañeros de Valentín Hermano, cuando se dedicaba a la docencia en Teleco de Tashkent. Irrelevante.

*APRISA. Asociación para la promoción de Internet en Samarcanda[1]. Cobertura legal para difundir lo que entonces (finales de los ’80-principios de los ’90) estaba en pañales. Quedó en mero esqueleto, declaración de intenciones.

*TELEDÍN. Un negociete con participación de algún país nórdico que no llegó a cuajar. No recuerdo en qué consistía, estaba por ahí metido otro: Cecilio SUMA… con su característico buen humor de buscavidas socarrón.

*Érase una vez en Samarcanda. Un intento recopilador de narraciones de tradición oral maracandesa. Algo así como un documento etnográfico de costumbres y personajes típicos. No pasó de ser una idea.

*Crematorio. Josema y Valentín Hermano buscando rentabilizar cadáveres. Tuvieron incluso apalabrado un terreno para instalarlo[2] pero finalmente problemas legales y de socio capitalista hicieron que no se llevara a cabo. Así, sin duda, me quité un muerto de encima… muchos.

*Libro de caligramas. Poemas visuales para hacer representación gráfica y/o visual de refranes y frases hechas. No pasó de ser una idea ocurrente durante alguna noche de copas.

*CHANSPORTIKA, la serigráfica. Iniciativa de Nini Resús y Valentín Hermano.

[1] No al revés, enfatizaba Valentín Hermano cuando Cecilio Andrés NADA pretendía lo contrario, con su habitual capacidad para enredar lo sencillo.

[2] Habría sido el primer crematorio de Samarcanda, allá por el ’96.