B

+ Sally(da)

Jizzakh

´87

´97

191

           
 

Vamos a ver –me digo– ¿con quién ajustaré cuentas hoy en este territorio ideal y sin violencia que es la memoria[1]? Aparece por aquí, como al descuido, un oriundo de Jizzakh experto en Rawls, fagocitado por el Derecho como pueda estarlo un trozo de carne por los gusanos[2]. B cree que no, piensa que ha empleado su vida abundando en su esencia… si tuviera razón sería mucho peor: eso significaría que su recorrido, si bien largo en el mundillo del intelecto académico reconocido, humanamente resulta bastante corto.

No se me malinterprete el tono general: no es falta de respeto… simplemente, irreverencia. Aunque siempre en clave humorística, ya se lo decía con frecuencia en aquellos años: aplicando el refranero popular-medieval (“ni gato ni perro de aquella color”), utilizando formas cultas[3] o simplemente en el anecdotario popular que nos hacía coincidir en ocasiones: como el episodio en el pueblo de Andrés GHANA, el día resacoso que quedaron en evidencia sus calzoncillos de color azul cobalto.

Versiones las había múltiples con cañas o sin ellas: pero B[4] era un tío que sabía perder. Reconocía su adscripción a la órbita de lo mundano. A pesar de ser coetáneo de Joaquín VERDAD, Conrado RASPA o Nito, dedicados sin duda ambos tres a tareas más elevadas y espirituales… a B le dio por el asunto de los conflictos humanos y sus resoluciones jurídicas.

Desde su burbuja y sus aspiraciones[5] a medrar en aquel submundillo, se relacionaba conmigo de una forma peculiar: de reto constante a través de juegos de palabras, además de bromas basadas en la ironía más o menos ácida y la agilidad mental. Ese tipo de ejercicios que mantienen al cerebro en constante movimiento, porque B podía ser casi cualquier cosa… menos tonto[6].

Por eso encontrarnos B y yo resultaba cada vez un pulso psicológico que tenía en cuenta los antecedentes compartidos por ambos, pero también los acontecimientos más recientes del entorno inmediato: de ahí que un rato de charla con B fuese una manera de ponerse al día en muchos sentidos… casi como un cursillo acelerado de reciclaje, encaminado a engrasar los mecanismos cerebrales para evitar que se oxidaran.

Sin duda B era un tipo interesante… llegó incluso a escribir una novela en clave kafkiana, plena de valores (aunque ninguno literario). También llegamos a compartir páginas en el Diario de Jizzakh y fue uno de los artífices del Volumen del puerco-espín[7]… uno de los retos que llegamos a compartir en teoría fue un volumen frustrado de título El amor desesperado de Blancanieves por los siete ensayitos[8].

En otras palabras, mientras se trató de cuestiones que giraban en torno a Jizzakh sí que dio el callo… pero aquel salto en el vacío hacia la literatura creativa, más universal, le quedaba grande. No es un reproche, B era así: cabeza de ratón, incluso puede que de ratón cabezón… pero nada de adentrarse en el mundo de los leones. Prefería mil veces ir por el pueblo (Jizzakh) con el orgullo de ese renombre limitado… antes que circular por el mundo entero arriesgándose al anonimato, que pudiera ponerse en entredicho su genialidad. Un poco así era lo del Derecho: algo conocido y controlable, para B preferible a la Filosofía a pesar de lo pacato… aunque le tirara ante todo la Filosofía del Derecho[9].

Bueno, conocer las propias limitaciones garantiza el éxito en el ámbito al que te dedicas… si a eso añadimos que B era[10] un tipo de recursos, capaz de desenvolverse en terrenos farragosos con el éxito suficiente: tenemos el perfil ajustado de B, levemente esbozado.

Además quiso la suerte que en sus múltiples correrías por el amplio horizonte del Derecho Internacional conociera a la horma de su zapato: una chica inglesa capaz de soportar sus peculiaridades, a quien precisamente por esa generosidad que se le suponía, completábamos su nombre hasta convertirlo en participio.

Así, para nosotros ella era Sally(da)… creo recordar que la ocurrencia fue invento de Nito… aunque esta última aportación irónica que lanzaba un guiño a la polisemia sólo tenía un toque humorístico, sin malicia. Auguro que ambos[11] encontraron la forma perfecta de acoplar sus aristas y probablemente a día de hoy, de hecho seguirán siendo pareja (aunque no sé si también de Derecho).



[1] Deformable a voluntad, pero muchas veces también involuntariamente.

[2] Al estilo de la película El acorazado Potemkin.

[3] En cierta ocasión compuse y le dediqué un ovillejo con motivo de su caída de una silla.

[4] Le llamaré así por decoro, pues ahora es una persona importante del mundo universitario… a ver si le dará por las querellas.

[5] Legítimas, qué duda cabe.

[6] En el sentido intelectual de la palabra. En otros, todos lo somos de alguna manera… ¿quién no ha hecho tonterías alguna vez?

[7] Obra de la llamada Asamblea aguijón.

[8]De aquel proyecto nacido en Jizzakh jamás llegó a saberse nada material. Un parto de servilleta de bar… en él deberíamos haber escrito todos los implicados, con título y extensión acotados de antemano.

De memoria sólo puedo enumerar tres:

-Crítica de la razón insultante, destinado a Manuel Alejandro Marxista insomne.

-El ojo de cristal y tal, para CeliaVACÍO.

-La pseudoilusión de Fernando Pseudo, que me fue adjudicado a mí. De hecho, el único que llegué a leer… probablemente, el único que existió realmente.

Los otros cuatro me los hurta la memoria… sus destinatarios eran Nito, B y alguien más… pero que yo sepa B jamás lo llevó a la práctica.

[9] ¿Acaso no era aquello un “quiero y no puedo”?

[10] Y supongo que a día de hoy continúa siéndolo.

[11] B y Sally.

 

 

Sonido

ACTIVA EL SONIDO. Estas memorias tienen banda sonora
Todavía no tienes una cuenta? Regístrate ahora!

Entra a tu cuenta